Cómo criar a un niño emocionalmente inteligente

El juego es una forma en que los niños aprenden a expresar sus emociones.

Pixland/Pixland/Getty Images

Justo después de que los padres se libran de tener que preocuparse sobre la comida, las horas de dormir y del llanto de un niño, la crianza pronto se vuelve más compleja. Desde la infancia, las luchas emocionales de un niño con los padres, compañeros de juego y el mundo en general se convierte en algo que debe ser administrado. Criar a un niño emocionalmente inteligente requiere que los padres guíen a un niño sin problemas a través de la evolución emocional de un niño.

Juega con frecuencia con tu hijo. Participa en un juego que le dé a tu hijo la exposición a una variedad de emociones. A través del juego, muéstrale a tu hijo cómo las sonrisas, las cosquillas y las risas pueden ayudar a comunicar los sentimientos. Al mostrarle a tu hijo a expresar sus emociones a una edad temprana, estarás solidificando el vínculo entre padre e hijo, el cual será importante en etapas posteriores del desarrollo.

Sé un espejo para tu hijo. Cuando tu niño expresa una cierta emoción, refléjale de nuevo esa emoción, ya sea a través de expresiones faciales o palabras. Según John Gottman, psicólogo y autor del libro "Criar a un Niño Emocionalmente Inteligente", ayudar a tu hijo a traducir las emociones en acciones o lenguaje es una parte importante de la mejora de la inteligencia emocional. Por lo tanto, cuando las emociones de tu hijo son obvias, demuestran que las entiendes. Por ejemplo, si ves que tu hijo se está quedando dormido, menciona que está cansado y permítele que se siente en tu regazo.

Felicita a tu hijo por compartir emociones. Conforme los niños crecen, los conflictos cada vez se vuelven más frecuentes. Evita una animosidad acumulada al permitirle a tu hijo a expresar sus emociones libremente, felicitando o dándole las gracias por compartirlas. Esto le permite saber a tu hijo que las emociones, incluso las emociones negativas, son naturales y que está bien expresarlas. Por supuesto, corrige a tu hijo si está expresando emociones negativas en el camino equivocado, y muéstrale una mejor manera de expresar esas emociones.

Ayuda a tu niño a regular las emociones negativas. Dado que los niños no son naturalmente hábiles para controlar su conducta, los padres deben establecer las directrices sobre qué emociones impulsadas por las acciones son aceptables. Ayuda a tu hijo a centrar su atención en la actuación adecuada a la luz de un sentimiento negativo. Por ejemplo, si tu hijo golpea habitualmente a sus compañeros de juego cuando está enojado, discute con él sobre cómo usar el lenguaje en vez de golpear será mejor tanto para él como para sus compañeros de juegos.

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