Laceraciones de la cabeza y del rostro

Incluso cayendo de una altura de 1 a 3 pies (30 a 90 cm) tu hijo puede sufrir laceraciones en el rostro y en la cabeza, según un estudio de marzo de 1997 publicado en "Journal of Pediatric Orthopaedics". El rostro o la cabeza de tu hijo puede sufrir un corte por juguetes que estén cerca de la cama o en el pretil de la ventana. Aunque sea un corte menor, podría infectarse y dejar una cicatriz. Para evitar que se corte, mantén la cama lejos de la ventana y retira objetos y juguetes cortantes.

Lesiones en la cabeza, el cuello y la columna

Aunque las heridas en la cabeza, el cuello y la columna son raras, según un estudio de "Journal of Pediatric Orthopaedics", pueden suceder. Si tu niño se cae de la cama y cae de cabeza, podría provocar una sacudida en la cabeza y en la columna en un movimiento de contracción. Esto podría provocar un latigazo, un cuello roto o la compresión discal en el cuello o la columna, siendo todas lesiones serias. Si tu hijo se cae frecuentemente de la cama, o para evitar que lo haga, podrías colocar una barandilla a un lado de la misma.

Estas tienen un tamaño cercano al del colchón, por lo que es similar a una pared que evita que se caiga. Las barandilla simplemente se deslizan bajo el colchón o sommier, según el tipo que hayas comprado, y puede dejarse en el lugar mientras se necesite.

Brazos y piernas rotas

Aunque es raro que un niño se ropa el brazo o la pierna, puede suceder. Es más fácil que esto suceda si cae de una altura considerable como por ejemplo de literas, que si cae desde una cama que está a pocos pies del suelo. Los brazos y las piernas rotas requieren yeso durante varias semanas y son incómodos. A menudo causan picores, que el niño no puede subsanar porque el yeso es muy duro, y solamente el médico puede retirarlo después de que la extremidad haya sanado.