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Corta el pescado y quita la cabeza y la cola por completo. El resto puedes cortarlo en tiras. Si lo deseas, córtalo en filetes. Sin embargo, esto no es necesario ya que probablemente no serás capaz de comer el pescado una vez que ha sido apretado.

Aprieta los trozos de pescado en la manivela y presiona hasta que sólo quede una papilla líquida y aceitosa en la parte inferior de la prensa. Gira la manivela hasta que la prensa esté tan abajo como sea posible. Luego, puedes vaciar el sedimento del pescado en un balde de agua destilada antes de prensar más pescados.

Cuela el agua destilada y la papilla de pescado. Puedes usar un tamiz o vertir la mezcla a través de un colador puesto sobre otro cubo. De cualquier manera, la carne de pescado, los huesos y la piel se mantendrán en el colador, mientras que el aceite y el agua lo atravesarán.

Deja que el agua se evapore. Como el aceite y el agua no se mezclan, simplemente puedes permitir que el agua se evapore de la cubeta que tiene la mezcla de aceite y agua. Esto dejará una sustancia blanquecina y grasienta que es el aceite de pescado. Si tienes prisa, puedes desnatar el aceite de pescado de la superficie, pero todavía necesitarás esperar cierto tiempo para la evaporación. Dependiendo del volumen de agua, puedes necesitar desde un día a casi una semana para que desaparezca toda el agua.