Acepta el dolor

Acepta el dolor que seguro llegará cuando tu cónyuge te deje. Recuerda que para sanar, el duelo es necesario y este período no durará para siempre. Permite que una amplia gama de emociones como la ira, la tristeza y el resentimiento salgan a la superficie. Abstente de cualquier supresión de estos sentimientos, no importa lo doloroso que pueda ser. Recuerda que tu objetivo es hacer frente a estos sentimientos en la cabeza para que puedas dejarlos atrás a su debido tiempo. Evita culparte, ya que esto podría impedir el progreso y prolongar el proceso de curación.

Obtén apoyo

Evita sentirte avergonzado por el hecho de que tu cónyuge te ha dejado. Recuerda que sentir vergüenza puede causar que te quedes solo y empujar a otras personas, que de otro modo podrían darte apoyo útil, fuera de tu vida. Ponte en contacto con amigos cercanos o miembros de la familia que sientas que pueden entender la situación con la que estás lidiando. Decide si las personas que están actualmente casadas pueden darte consejos útiles sobre un matrimonio que terminó. Si no, encuentra un grupo de apoyo cuyos miembros también estén tratando de hacer frente a un cónyuge que se ha ido.

Crea espacio

Crea espacio entre tú y tu cónyuge, ya que tener interacciones con él puede permitir que los sentimientos persistan e impidan la curación. Recuerda que es probable que sea difícil separarte de alguien que ha estado contigo día a día. Deja que pasen de un par de meses a medio año, de ser posible, antes de permitirte entrar en contacto con tu cónyuge. Recuerda que esto no sólo te da suficiente tiempo para llorar, sino que también sienta las bases para que tú y tu cónyuge empiecen de nuevo si lo desean.

Mímate

Mímate, ya que con todos los sentimientos negativos que tienes, es útil añadir algunas sensaciones positivas a tu vida. Recuerda que puedes crear estos sentimientos positivos haciendo lo que sea que ames. Si te gusta la comedia, pasa unas horas en el cine riendo y disfrutando. Si te gusta comer helado, compra un galón (4 litros), toma una cuchara y disfrútalo. Si siempre has querido ver París, compra un boleto y toma un vuelo disponible. Concéntrate en hacer lo que sea que te haga feliz.