Step 1

Deja los huevos sobre la mesada durante 20 a 30 minutos antes de hervirlos. De esta forma, adquirirán temperatura ambiente, lo cual reduce la posibilidad de que se produzca un cambio repentino de temperatura entre el refrigerador y la olla de agua hirviendo. Si no tienes tiempo para esto, colócalos con cuidado en la olla y vierte agua fría o tibia encima. Luego, lleva el agua a hervor. Tardarán más que con el agua caliente, pero no se rajará la cáscara por el cambio repentino de temperatura.

Step 2

Utiliza un perforador de huevos, si tienes uno, para crear un agujero pequeño en cada uno. Estos utensilios tienen una aguja muy delgada que perfora el huevo cuando lo colocas sobre la base. El agujero es tan pequeño que el contenido no se escapa por allí, pero sí el aire, lo cual evita que se rajen cuando hierven.

Step 3

Añade 1/2 cucharadita de sal y una cucharada de vinagre al agua hirviendo. Dicen que la sal ayuda a evitar que se raje la cáscara y hace que los huevos sean más fáciles de pelar. El vinagre evita que la clara se salga en caso de que la cáscara sí se raje.

Step 4

Cocina los huevos a fuego bajo en lugar de hervirlos en máximo. Cuando el agua hierve a una temperatura muy alta, se pueden mover en el interior, lo que también puede hacer que se rompan. Además, no los cocines de más. Si los dejas demasiado tiempo, comenzarán a romperse por la presión que se acumula en el interior. Un huevo duro no se debe dejar más de 10 minutos en agua hirviendo. Si lo quieres pasado por agua (cuando no llega a cocinarse por completo, sino que queda un poco líquido en el interior), no lo dejes más de tres minutos.