Step 1

No busques venganza. Si tienes pensamientos de venganza, no eres una mala persona. Esto simplemente significa que estás herida y quieres lastimarlo mucho. Sin embargo, los sentimientos de venganza se convertirán en un problema si actúas contra él o lo mantienes en tu corazón durante períodos prolongados.

La venganza es a menudo un esfuerzo para deshacer los daños del pasado. Por desgracia, la venganza albergada planteará más daño a ti que a tu marido infiel y su amante. En un extracto de un artículo en EmotionalCompetency.com señala que "La venganza es un intento fallido de eliminar la vergüenza y aumentar la estatura al afirmar la dominación. Falla porque afirma la dominación no aumenta la estatura; en su lugar por lo general aumenta la violencia".

Step 2

Habla con alguien acerca de tus sentimientos. Es de vital importancia para tu bienestar hablar con alguien. Suprimir o ignorar tus sentimientos puede resultar en la manifestación de síntomas físicos como el estrés y la depresión. Como se señaló en un artículo de FamilyDoctor.org, "Tu cuerpo responde a la manera de pensar, sentir y actuar". Por lo que mantener tus sentimientos en el interior te hará sentir aún peor. Como irías al hospital para el tratamiento de una fractura en la pierna, hablar con un amigo de confianza, familiar o profesional puede tratar tu corazón roto.

Step 3

Acepta tus errores, pero no te culpes. Puede haber áreas en el matrimonio que contribuyeron negativamente y debes tomar tu responsabilidad por esos errores, sin asumir la responsabilidad por su elección. Sean cuales sean los hechos ocurridos en tu matrimonio que le llevó a buscar una solución fuera del matrimonio no tenía derecho al adulterio. Él también tenía la opción de hacer frente a los problemas dentro del matrimonio y ser fiel.

Step 4

Decide que lo perdonarás. La decisión de perdonar a tu ex marido no quiere decir que estás excusando sus acciones. De hecho, perdonar es más para tú beneficio que para el suyo. Cuando decides perdonar, estás renunciando a llevar el dolor por el resto de su vida. Dices: "Yo merezco ser feliz".

No te robes la alegría en la vida volviéndote amargado. En un artículo de la Clínica Mayo, el capellán Katherine Piderman, Ph.D, habla de aferrarse a la ira puede llevar a la ira y amargura en las relaciones nuevas e inhibe de disfrutar el presente.