Cómo calcular porcentajes de análisis vertical

Las empresas realizan análisis financieros para determinar su posición en el mercado. Una empresa compara su desempeño actual con el del pasado; asimismo, contrasta sus resultados con los de otros competidores. El análisis financiero consta de tres partes: análisis vertical, horizontal y de razones financieras. El análisis vertical compara y establece una relación entre uno de los ingresos y las transacciones totales y se realiza con todas las causas de ingresos en el estado de resultados y en la hoja de balance. El análisis vertical expresa todos los ingresos en porcentajes.

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Estado de resultados

Compara cada componente de ingresos contenido en la declaración de ingresos del año en curso con el monto total de las ventas. Por ejemplo, compara el costo de los bienes vendidos y el monto total de las ventas. Multiplica las cifras que obtengas por 100 para determinar el porcentaje de ventas logradas según el costo de los bienes vendidos.

Compara cada categoría de gasto individual contenida en la declaración de ingresos del año en curso con el monto total de las ventas para obtener el porcentaje de dinero utilizado para pagar gastos. Por ejemplo, contrasta el monto de los salarios que se pagan con el total de las ventas.

Repite el mismo procedimiento con los resultados del año anterior para determinar si los costos subieron, si las ganancias disminuyeron o si la tasa de impuestos aumentó.

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Hoja de balance

Compara cada activo en la hoja de balance con el monto de los activos totales. Contrasta el efectivo en caja, la maquinaria, los edificios y los terrenos con el valor de los activos totales de la empresa. Expresa estos en forma de porcentajes. Por ejemplo, si la dirección estima que el 40% de los activos totales se componen de dinero en efectivo y si se considera que esta cantidad es innecesaria, entonces tendrá la capacidad de diseñar estrategias para hacer buenas inversiones con el efectivo.

Compara cada pasivo con el valor de los pasivos totales de la compañía. Las hipotecas, las obligaciones, los bonos y el capital propio se deben comparar con el total de pasivos de la empresa.

Repite el mismo procedimiento con los datos del año anterior para determinar si los activos han disminuido y los pasivos han aumentado.

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