Características del músculo cardíaco

El músculo cardíaco es capaz de generar su propio latido.

pulse image by Alex White from Fotolia.com

El cuerpo humano comprende tres tipos principales de músculo: el liso, el estriado y el cardiaco. Cada categoría de músculo tiene su propio conjunto de características especializadas que lo distingue de los otros tanto en estructura como en función.

Músculo cardíaco

Estructuralmente, el músculo cardíaco, también conocido como miocardio, tiene una apariencia estriada debido al arreglo de las cifras que permiten las contracciones musculares. El miocardio es un músculo muy aeróbico y depende enormemente de un suministro ininterrumpido de sangre para enviar oxígeno al músculo del corazón. Como lo describe la Dra. Kathryn Lewis en "Análisis sensible de ECG", las células del músculo cardíaco tienen propiedades únicas que le permiten funcionar como un sistema distintivo. Estas células del miocardio, llamadas cardiomiocitos, tienen la característica de la automaticidad, conductividad, contractilidad y excitabilidad. Las primeras dos características son únicas del músculo cardíaco, mientras que las últimas dos son comunes para los otros tipos musculares.

Automaticidad

La automaticidad es una característica única del músculo cardíaco y se refiere a la habilidad del corazón de generar su propia señal para contraerse. En lugar de recibir una entrada desde el sistema nervioso central, el corazón en descanso depende de las células marcapasos localizadas en la cámara superior derecha para generar espontáneamente señales eléctricas, que conducen a las contracciones rítmicas conocidas como latidos. El rango del latido está basado en cuánto tiempo le toma a las células marcapasos disparar, reiniciar y disparar de nuevo. De forma interesante, estas células funcionan de tal forma que previenen que el corazón tenga una contracción por mucho tiempo. Si el músculo cardíaco sostuviera la contracción por un largo periodo, no sería capaz de enviar la sangre y nutrientes adecuadamente al resto del cuerpo. La inhabilidad del miocardio de sostener una contracción, o de disparar continuamente sin reiniciar, es un mecanismo de protección construido en las células marcapasos.

Conductividad

Para poder transmitir la señal eléctrica que es generada en el cuadrante superior derecho del corazón al resto del miocardio, las fibras musculares deben de ser capaces de conducir la electricidad. El músculo cardíaco tiene la habilidad de pasar la señal eléctrica de una fibra a la siguiente hasta que sea esparcida por el corazón completo. Una vez que cada fibra tiene la señal, el corazón se contrae como un todo. Contraerse al mismo tiempo permite que una importante cantidad de fuerza sea generada por las dos cámaras inferiores del corazón, lo que permite que la sangre sea enviada a los pulmones y a través del cuerpo completo. Sin la conductividad, cada fibra muscular necesitaría tener su propia célula rítmica y seguramente se interrumpiría la sincronicidad, ritmo y eficiencia de las contracciones miocárdicas.

Contractilidad

La contractilidad es la habilidad del corazón de generar tensión, o producir fuerza, para poder lanzar la sangre fuera del corazón. Esto es, en esencia, la expresión física de las señales eléctricas iniciadas por las células marcapasos y pasadas a través del músculo cardíaco. El texto "Fisiología cardiovascular" describe los mecanismos por los cuales la cantidad de fuerza generada por el corazón puede ser regulada por una gran variedad de factores, tales como la cantidad de sangre que rellena las cámaras del corazón y las señales, tales como la norepinefrina, liberada por los extremos nerviosos. Ambos factores incrementan la fuerza de las contracciones cardíacas y permiten una producción mayor de fuerza.

Excitabilidad

Aunque los músculos cardíacos pueden generar su propia señal eléctrica, las células rítmicas disparan en un ritmo muy estable. Debido a esto, cualquier incremento en la frecuencia cardíaca tiene que ser gobernada por un estímulo externo. La habilidad del corazón de responder a un estímulo adicional y cambiar su frecuencia de contracción se conoce como excitabilidad. Así como la norepinefrina incrementa la contractilidad del corazón, también incrementa la frecuencia de las contracciones del músculo cardíaco. La característica de excitabilidad es vital para permitir que el cuerpo envíe más rápidamente cantidades adecuadas de oxígeno y nutrientes en momentos de estrés físico, tales como durante el ejercicio.

eHow en espanol
×