Cómo comer semillas de damasco

Las semillas del damasco se han utilizado en la medicina alternativa durante años por sus propiedades anti cancerígenas. Aunque son increíblemente amargas, contienen nutrientes necesarios. Comerlas puede ser peligroso pues poseen una pequeña cantidad de cianuro. Sin embargo, éste se encuentra en la mayoría de las frutas que crecen en árboles, como las manzanas y los damascos. Se dice que algunos tipos de damasco no tienen cianuro y el aceite que se hace de ellos es habitualmente usado en vinos y aderezos para ensaladas.

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Prepara las semillas de damasco lavándolas en agua limpia. Quita la pulpa que les haya quedado adherida y tírala.

Seca las semillas de damasco colocándolas en una toalla de papel y dejándolas al descubierto durante varias horas. Serán más fáciles de partir cuando estén secas.

Abre la cubierta dura de la cáscara usando un cascanueces o un objeto fuerte sobre una superficie dura. Utilizar una botella de vidrio, un martillo u otro objeto fuerte contra una mesa o mostrador abrirá la cáscara.

Saca la pulpa dentro de la cáscara y encuentra las semillas en su interior. Estas mismas semillas pueden ser usadas en ensaladas o en cualquier otro lugar en el que uses aceite de almendras. Químicamente, el aceite de damasco producido prensando sus semillas es idéntico al aceite de almendras.

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