Cómo hacer que tu niño deje de pellizcar

Los infantes pueden tener dificultades controlando sus sentimientos de ira.

Jupiterimages/Polka Dot/Getty Images

Cuando la reacción de tu infante hacia la ira involucra arremeter a golpes y hacerle daño a otros, puedes preguntarte por qué se desarrolló esta conducta. Si tu infante pellizca a sus compañeros o incluso a sus padres o a otros cuidadores, esta agresión es un acto hostil que expresa frustración e impotencia, según dice Marjorie Kostelnik, la Decana de la Facultad de Educación y Ciencias Humanas de la Universidad de Nebraska- Extensión Lincoln. Con entrenamiento paciente, puedes intervenir y enseñar métodos alternativos de expresar la ira.

Detén a tu niño inmediatamente si lo ves estirándose para pellizcar a alguien. Sostén su pequeña mano en las tuyas, establece contacto visual y dile, "Nada de pellizcar. Nosotros no pellizcamos. Pellizcar duele".

Enséñale a tu niño una alternativa positiva a los pellizcos. El Dr. William Sears, pediatra y autor, recomienda decirle a tu hijo, "Nos tocamos gentilmente", y guiar la mano de tu niño con gentileza sobre la pierna o el brazo de la víctima.

Remueve a tu niño de la situación. El Dr Sears recomienda un tiempo fuera de un minuto para enseñarle a tu infante que pellizcar es inaceptable. Puedes decir: "Si pellizcas, te sientas aquí". Otra opción puede ser caminar para otro lado para distraer a tu niño y dejar que su hostilidad se disipe. Mira por la ventana por un minuto, habla sobre el perro o consigue algo para beber. El cambio de escenario y la distracción con nuevos pensamientos puede ser una forma positiva de redirigir su atención.

Observa los tiempos en que tu infante parece más propenso a pellizcar y toma notas. Con el tiempo, puede que veas un patrón de conducta que indique cuándo es probable que tu niño golpee y pinche. Por ejemplo, tu niño puede sentirse abrumado en su grupo de juegos por la cantidad excesiva de juguetes y por los otros niños, haciendo más probable que pellizque. Si tu hijo se cansa demasiado, puede que tenga más problemas relacionándose con otros.

Modifica el ambiente de tu hijo para hacerle la vida más fácil. Usando los mismos ejemplos, si el grupo de juego abruma a tu hijo, puede ser mejor que dejes de llevarlo por un tiempo y lo intentes nuevamente luego de un mes o dos. Si tu niño no se comporta bien cuando está cansado, no lo pongas en situaciones potencialmente volátiles cuando tenga sueño.

Elogia a tu hijo cuando se lleva bien con los otros, sugiere Kostelnik. Esto ayuda a enseñarle cuáles son las conductas que deseas, mientras refuerzas esas conductas para que las repita.

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