Comportamiento innato de los bebés

Los bebés nacen siendo más sabios de lo que imaginamos.

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Todos los padres se preguntan qué es lo que sabe un bebé al nacer, pero no solamente los padres desean saberlo. Los investigadores se han preguntado eso durante más de 50 años. Ya en la década de 1920 Jean Piaget tenía la teoría de que los bebés nacían siendo ignorantes y que reaccionan principalmente a la información sensorial que reciben. Más tarde, B. F. Skinner exploró la idea de que los bebés nacen como una pizarra en blanco y solamente aprenden a través de recompensas y consecuencias. Pero estas teorías estaban nubladas por la especulación. Los avances en la metodología proporcionan a los investigadores contemporáneos una visión más clara acerca de los bebés y lo que saben en el momento de nacer.

Social

Todos los padres están a la expectativa para ver la primera sonrisa del bebé. Mientras que los primeros teóricos indicaron que las sonrisas de las primeras semanas de vida eran reflexivas o debidas a gas, los teóricos modernos tienen una opinión diferente. Un estudio de Izard y Ackerman en el año 2000 mostró según los investigadores que cuando los bebés sonreían sus ondas cerebrales eran consistentes con la experiencia de la alegría. Además, los bebés nacidos ciegos sonrieron espontáneamente en respuesta a placeres como la comida o la voz de un cuidador. Daniel Messenger, un profesor de la University of Miami, y Alan Fogel, un profesor de la University of Utah, descubrieron que, aunque de forma fugaz, los niños con ceguera y con daño cerebral sonreían. Este comportamiento muestra que sonreír no es un comportamiento aprendido sino una respuesta social innata.

Continuidad

A diferencia de las ideas de los primeros teóricos, los bebés no nacen siendo completamente ignorantes. Por ejemplo, los bebés no tienen que aprender que un objeto se detiene cuando llega a una barrera. Esto es conocido como continuidad. En un estudio de la Dra. Renee Baillargeon de la University of Illinois at Urbana-Champaign los bebés fueron expuestos a varias situaciones. En un escenario un carro de juguete fue enviado a través de una pista con un juguete que bloqueaba el progreso de los carros. Cuando el carro se detenía, este actuaba de la forma en la que el bebé esperaba que lo hiciera y el infante perdió el interés inmediatamente. De acuerdo a su investigación esto indica que el juguete se comportó de la forma en la que el bebé esperaba que lo hiciera. La investigadora colocó una nueva obstrucción en ese lugar que solamente parecía bloquear al juguete. Cuando el carro parecía pasar a través del bloque por arte de magia, el bebé observó el escenario una y otra vez, lo que es un indicador de que estaba intentando resolver el misterio.

Persistencia

Baillargeon también hizo pruebas de persistencia en bebés en su rol como investigadora para la University of Illinois. En un estudio se les mostró una bola verde a los bebés. La bola verde desaparecía detrás de una pantalla. Cuando dicha bola apareció de nuevo desde la parte trasera de la pantalla el bebé perdió el interés. Sin embargo cuando la bola fue intercambiada silenciosamente por una de color rojo o azul, el bebé quedó fascinado.

Bondad

Después de sufrir un ataque en manos de una pandilla de adolescentes, el investigador de Yale Arber Tasimi se preguntó si todos nacemos con una predisposición hacia el bien o el mal. Con ese fin desarrolló una serie de tareas destinadas a bebés de entre 6 y 10 meses de edad. Se les mostró dos títeres; uno que era servicial y otro que molestaba a otro títere. El títere de conejo naranja molestaba de forma consistente a un títere de oveja, mientras que un títere de conejo verde siempre era servicial. Los bebes prefirieron golosinas entregadas por el conejo verde, o el títere "bueno", en vez de preferir las entregadas por el malo. Esto indica que los bebés no solamente pueden distinguir entre el bien y el mal, sino que prefieren a los personajes buenos en vez de inclinarse por los malos.

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