Sonríe y habla educadamente

Sonríe tan pronto como el cliente abra la puerta. Saludar al cliente con una sonrisa puede hacerlo más receptivo a escuchar tus argumentos de venta. Muchas personas ven a una cara sonriente como algo más amigable y acogedora que una expresión más sombría. A medida que saludas al cliente y comienzas tu argumento de venta, usa un tono educado y amigable. Habla con el cliente como si lo conocieras personalmente y considéralo como un amigo. Usar un tono amigable tranquilizará a los clientes.

Usa una línea ingeniosa de apertura

Algunos vendedores puerta a puerta eligen lanzar su argumento de venta tan pronto como un cliente abre la puerta. Esto puede confundir al vendedor o hacer que se irrite. En vez de comenzar con un argumento de venta, usa una frase como presentarte o hablar sobre el clima o sobre eventos actuales para crear un diálogo entre el cliente y tú. Esto ayudará a atraer al cliente y a reducir la posibilidad de que se sienta presionado o irritado.

Mantente paciente

A algunos clientes simplemente no les gustan las ventas puerta a puerta y se volverán difíciles desde el momento en el que comiences tu argumento de venta. No te irrites con la posición difícil del cliente. Intentar presionar el cliente hacia una venta o interrumpir sus objeciones te costará la venta. En vez de eso, escucha pacientemente al cliente y responde cualquier pregunta que tenga antes de intentar terminar la venta.

Vístete profesionalmente

Muchos clientes confiarán más en ti si lucen bien arreglado y te vistes de forma profesional. Si tu apariencia luce desaliñada o no te has arreglado el pelo, un cliente puede ni siquiera abrirte la puerta. Si lo hace, puede que te afane o no tome tu argumento de venta seriamente. Usa un atuendo de negocios a cualquier venta y asegúrate de haberte arreglado el vello facial y de haber estilizado tu cabello antes de golpear.