¿Cuáles son los diferentes tipos de teléfonos celulares?

Aunque se pudiera pensar que hay muchos tipos de teléfonos celulares, en realidad, básicamente solo hay dos tipos: El convencional y el inteligente o Smartphone. Porque independientemente de la marca, precio, tamaño o peso, todos entran en una de estas categorías. Estos dos tipos básicos se diferencian profundamente y deben conocerse bien sus propiedades para llegar a comprender cuales son las ventajas o desventajas que estos tienen.

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¿Cuáles son los llamados teléfonos convencionales?

Para aquellos que conocen las diferencias entre uno y otro, bien podrían definir un teléfono convencional como un objeto que quedó en el pasado. Un artefacto vetusto ya pasado de moda, puesto que fueron los primeros teléfonos que salieron al mercado. Sin embargo, este teléfono está provisto de características que en su momento fueron un gran avance, aunque ahora son consideradas completamente normales y escasamente dignas de interés.

Una de las características de este tipo de teléfono es un software robusto pero limitado. El menú que proveía este software comprendía libreta de direcciones, calendario, reloj, alarma e incluso algunos juegos sencillos, conectados a Internet o sin acceso a ella.

En esencia, con estos teléfonos celulares se puede llamar, enviar mensajes, escuchar música, ver la hora, jugar, y hasta allí. Esto parece ser suficiente, si se toma en cuenta el costo, su tamaño y resistencia.

Un elemento interesante de estos teléfonos es su diseño, pues en su mayoría están provisto de líneas sobrias y un armazón prácticamente a prueba de balas. De hecho, algunos son de estructura tan resistente que un golpe con uno de ellos fácilmente puede resultar en una herida.

Este diseño incluye un teclado alfanumérico muy resistente al trato descuidado del usuario pero extremadamente sensible a cualquier líquido.

¿Qué hace tan especial a un teléfono inteligente?

Hay teléfonos inteligentes que son prácticamente una supercomputadora. Tienen además de las funciones de cualquier teléfono convencional una serie de fantásticos recursos. Desde que salieron al mercado, en 1993, no han dejado de avanzar en cuanto a tecnología, aunque lamentablemente también en costo.

Tal vez uno de los avances más notables asociados a este tipo de teléfono tenga que ver con el uso de Internet y las redes sociales, pues el software con que cuentan no solo permite realizar llamadas o enviar mensaje, sino que ahora son tan comunes las videollamadas o la conectividad en línea.

Su diseño dejó atrás las limitaciones de grosor, pues algunos son súper delgados, y aunque algunos años se pensaba que la tendencia sería a reducir su tamaño, contrariamente hoy prevalecen los modelos grandes, de hasta 15 pulgadas.

Otra característica de su diseño es su teclado, o más bien la falta de él, porque ahora disponen de una pantalla táctil en la que se mostrará las teclas a voluntad del usuario, quien por cierto puede seguir presionando rústicamente las teclas, y si lo desea, en algunos modelos puede dejar caer agua, alguna bebida o cualquier sustancia no caustica o electrolítica.

Estos teléfonos podrían ser considerados la Generación Milenial, porque al igual que las personas que nacieron en el nuevo siglo, estos aparatos tecnológicos vieron la luz en el 2007, y desde entonces, especialmente después de la liberación de Android por parte de Google, su popularidad se ha incrementado a un ritmo exorbitante.

Los ordenadores compactos representados en los teléfonos inteligentes superaron ampliamente en prestaciones a los teléfonos convencionales, pues no solo sirve para llamadas telefónicas, enviar mensajes de texto, conectarse ocasionalmente a la red de redes de modo alámbrico o jugar juegos tipo puzzle, sino que puede conectarse permanente a Internet a través de una señal wifi para navegar, jugar, chatear, invertir, trabajar, ver el tráfico, el clima, comprar, en fin, prácticamente todas las actividades cotidianas que desee el usuario.

No obstante, nada es perfecto, y así como los teléfonos convencionales tienen su parte flaca, que por cierto no es su figura, los Smartphone enfrentan ciertos obstáculos que frenan su desempeño. Por ejemplo, su memoria es de menor capacidad que un disco duro de laptop y muy pronto su capacidad se ve superada por las multitudinarias descargas que diariamente se realizan.

Prácticamente es imposible no realizar descargas, puesto que muchos son programas que permiten mantener actualizado el teléfono y otras son aplicaciones muy atractivas que resultan una tentación para cualquier usuario. De hecho, el mercado de las App es un sector de amplio crecimiento y se estima que ya son millones las que se desarrollan anualmente.

Por consiguiente, la mayor fortaleza (el uso de numerosas aplicaciones) de los teléfonos inteligentes es a su vez su principal debilidad: No hay espacio para tantas ofertas. Aunque ya los fabricantes están asumiendo esto como un reto y compiten entre sí por producir memorias telefónicas de mayor tamaño.

Además, se puede alegar que ante los variados y adictivos usos que un Smartphone puede tener (especialmente con los juegos y las redes sociales) pudiera crear dependencia y afectar psicológicamente al usuario.

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