Luz

Tres características principales de la luz afectan la tasa de crecimiento de las plantas. Estas características incluyen: cantidad, calidad y duración. La cantidad de luz determina la capacidad de la planta para fabricar su propio alimento. En la fotosíntesis, mientras más luz solar absorban las plantas, mayor será su capacidad de sustentarse a sí mismas. La cantidad de luz afecta la tasa de la fotosíntesis, si la luz es limitada, entonces la producción de alimentos también se ralentiza. La calidad de la luz también afecta el crecimiento de las plantas, porque la longitud de onda del color de la luz determina la cantidad de luz que una planta puede absorber. Por ejemplo, la luz verde no es tan útil para las plantas porque la mayoría de las plantas reflejan el color verde y apenas lo absorben. La luz azul, por otra parte, ayuda al crecimiento de las hojas y fomenta la floración. Asimismo, la luz roja estimula el crecimiento frondoso. La duración de la luz también es importante porque la cantidad de tiempo que una planta está expuesta a la luz solar determina la cantidad de luz solar absorbida. Cuanto más tiempo esté expuesta una planta a la luz solar, más luz del sol puede obtener y llevar a cabo más fotosíntesis.

Temperatura

La temperatura tiene la capacidad de estimular o inhibir el crecimiento de las plantas en función de su variedad. Específicamente, la temperatura puede afectar la tasa de respiración en las plantas. Esto significa que si la temperatura no está de acuerdo con la variedad de la planta, puede aumentar su tasa de respiración. Cuando esto sucede, los productos de la fotosíntesis se utilizan más rápidamente. La temperatura incorrecta aumenta el ritmo de la respiración por encima de la fotosíntesis y el crecimiento de la planta se inhibe debido a que no puede fabricar suficiente alimento. Para que las plantas crezcan bien, la tasa de la fotosíntesis debe ser superior a la de respiración. Algunas plantas crecen bien en climas cálidos, mientras que otras prefieren temperaturas más frías.

Dióxido de carbono

El dióxido de carbono es un elemento importante para la fotosíntesis. Básicamente, el dióxido de carbono se sintetiza junto con el agua y las moléculas del aire utilizando la energía del sol para producir oxígeno y glucosa. La glucosa se convierte posteriormente en otros componentes, como grasas, almidón, enzimas, proteínas, ADN y ARN. Estos componentes son cruciales para la composición en general de la planta y su supervivencia.