Cómo cuidar un árbol de granada

Los árboles de granadas alcanzan en su madurez una altura de 20 pies o más de acuerdo a sus variedades. Producen frutas grandes y redondas con una piel verde que se vuelve roja cuando está madura. La piel se saca para revelar unas divisiones llenas de semillas rojas. La gente disfruta de comer o presionar las semillas para sacarles el jugo, eliminando el centro duro. Las semillas son muy apreciadas por su sabor agridulce, mientras que el árbol lo es por su fácil cuidado natural.

Los árboles de granadas crecen en lugares templados, en donde los inviernos son fríos y los veranos calurosos. Toleran heladas suaves sin dañarse, pero comenzarán a sufrir daños significativos si las temperaturas caen por debajo de los 15 grados Fahrenheit durante períodos prolongados. Pueden sobrevivir a inviernos largos, pero será menos probable que den flores y frutos. La temperatura ideal debería estar entre no menos de 30 y no más de 90 durante todo el año.

Ubica el árbol de granada a la luz directa del sol por completo así lo recibe durante todo el día. Cuanto más expuesto esté al sol y al calor, más frutos va a producir. Cuanto más tiempo crezca a la sombra, los frutos serán más pequeños y amargos, si es que se producen alguna vez.

La granada se siembra con abono y fertilizante granular en el suelo. Cava un agujero por lo menos dos veces mayor a la base del árbol. Vierte el abono para rellenar el agujero hasta la mitad y mézclalo con la tierra por completo. Saca la mezcla del agujero con una pala y deja el montón cerca. Saca el árbol de la maceta y coloca la base en el pozo. Rellena el hueco con la tierra y la mezcla para que se nivele al ras del suelo, incluso hasta la copa del árbol para que el tronco quede bien adentro.

Riega el árbol luego de la siembra inicial y deja que el suelo se seque entre riego y riego. Estos árboles crecen mejor si están secos, en condiciones semi áridas con mucho sol y clima caluroso. Riega profundamente pero con poca frecuencia para que las raíces se establezcan profundas y extensas, para que el árbol se sustente del agua entre los períodos de sequía.

Poda los árboles de granada con moderación. Saca las ramas cercanas a otros árboles o las que estén rozando una estructura. Poda también la parte superior para que crezca corto y sea más manejable la cosecha de la fruta.

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