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Coloca tus semillas en remojo durante 24 horas, luego mézclalas con un poco de arena húmeda en una bolsa de plástico con cierre hermético. Guárdalas en el refrigerador durante seis semanas. Revisa la bolsa con frecuencia para asegurarte de que no crece moho. Las semillas de lúpulo germinan en frío, lo que significa que brotan mejor a baja temperatura. Si las semillas comienzan a brotar antes de seis semanas, podrías plantarlas ya.

Planta tus semillas con una profundidad de 1/8 pulgadas en una tierra rica en nutrientes, donde tus plantas sean capaces de tener al menos seis horas al día de sol. Plántalas en la base de una espaldera o valla donde las vides puedan trepar. Tienes que hacer esto después de la última helada de tu zona. Espera a que la planta alcance alrededor de un pie de altura.

Acostumbra a la vid para que crezca a lo largo de tu espaldera o valla enrollando suavemente la punta de la planta alrededor de la estructura de la viga. Esto fomentará a tus lúpulos para que crezcan a lo largo del soporte.

Riega constantemente para que la tierra esté siempre mojada pero nunca embarrada. Extiende una capa fina de abono o fertilizante alrededor de la tierra una vez al mes o así. Las vides deben tener alrededor de 12 pies de largo antes de que las plantas hembra comiencen a producir piñas.

Arranca las piñas de las vides cuando hayan madurado. Las piñas maduras tienen una textura fina como el papel y pican un poco cuando las aprietas. Debes secar inmediatamente las piñas cosechadas.

Seca las piñas cociéndolas al horno a 140 grados Fahrenheit, mientras dejas la puerta del horno abierta. Coloca en línea las piñas directamente en la rejilla y no las apiles. Déjalas cocer hasta que no tengan humedad.

Utiliza los lúpulos inmediatamente o congélalos en un recipiente sellado hasta que estés preparado para utilizarlos.