Factores culturales en el desarrollo de la personalidad

La personalidad se relaciona con la cultura.

Siri Stafford/Photodisc/Getty Images

Todos tienen una personalidad única que explica las maneras en que actúan. Esta personalidad forma las acciones de una persona, sus palabras, ideales, creencias y valores. A pesar de que la cultura y la personalidad se influencian mutuamente, aún se discute la medida exacta en que la cultura influencia a la personalidad.

Niñez

La niñez y crianza de una persona influirán en su personalidad adulta que se forma con sus experiencias con otros y con el mundo que la circunda. La interacción sociales muy importante para todo niño, ya que le enseña a comportarse con los demás y le da una referencia de cultura. Culturalmente hablando el papel del niño en una sociedad puede variar. En algunas culturas se le puede dar más independencia y libertad que en otras, y esto influirá en que el niño pueda tener una personalidad especialmente autónoma cuando se desarrolle y convierta en un adulto.

Herencia

Se piensa que algunos aspectos de la personalidad se heredan de la familia. El atletismo natural, por ejemplo, es un rasgo que podría influenciar la personalidad, o una mujer extrovertida puede tener una hija con la misma característica. De la misma forma, la apariencia física puede afectar la personalidad y la manera en que esta personalidad es percibida. En un estudio de Princeton realizado en 2996, Janine Willis y Alexander Todorov encontraron que "las personas frecuentemente deducen rasgos de la personalidad ajena a través de su apariencia facial".

Tradiciones

Una cultura se forma con el punto de vista de un grupo de personas, sus tradiciones, simbolismos y ritos. A su vez, estos factores influyen en la personalidad de los miembros de una cultura específica. Por ejemplo, las familias africanas creen en la unión familiar fuerte y actúan en consecuencia. El profesor keniano John S. Mbiti dijo que: "El individuo sólo puede decir 'soy porque somos, y dado que somos soy'". Este fuerte lazo familiar no es una perspectiva compartida necesariamente por otros grupos culturales a ese nivel extremo.

Ethos

En la década de 1920 la antropóloga Ruth Benedict trazó una hipótesis sobre el que la personalidad no era algo innato, sino algo que se aprendía. La cultura determinaba quién eras y cómo sería tu personalidad. A esto se le llama ethos. En la década de 1950 el sociólogo David Reisman dibujó otra teoría según la cual había tres tipos de personalidades: la que es regida por la tradición, la autodirigida y la dirigida por otros. Las personas que tienen una personalidad regida por la tradición o autodirigida, abrazan sus tradiciones culturales y no se desvían mucho de las normas que su cultura les dicta. Por otro lado, las personas de personalidades dirigidas por otros otros no se apoyan tanto en su cultura para encontrar una guía en ella. Por lo general se encuentra individuos de personalidades autodirigidas o dirigidas por la tradición en culturas que tienen pocos miembros y pocas subdivisiones de una cultura mayor, mientras que las personalidades dirigidas por otros se encuentran en las culturas más grandes y diversas como la que podemos encontrar en las ciudades de Estados Unidos u otros países.

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