Identificación

La Biblia está llena de indicaciones sobre no lastimar al otro. La Biblia prohíbe el asesinato (Éxodo 20:13), el adulterio (Éxodo 20:14); el robar (Éxodo 20:15) y sobre levantar falso testimonio (Éxodo 20:16) como parte de los Diez Mandamiento. Todas estas acciones lastiman a otras personas, ya sea física o económicamente. En lugar de eso, la Biblia nos anima a vivir “una vida en armonía los unos con los otros” (Romanos 12:16), lo cual es opuesto a lastimar a otros.

Tipos

La Biblia marca la diferencia entre lastimar a otros intencionalmente y hacerlo involuntariamente. En Números 35:6-33, la Biblia establece ciudades de refugio donde las personas que lastiman a otros involuntariamente pueden pedir su protección. Numeros 35:22-25 hace referencia específica a situaciones en las cuales una persona lastima a otras sin la intención de hacerlo, como lanzar una piedra o tirar algo accidentalmente y que resulte en la muerte de otra persona. Una persona que lastima a otra sin quererlo no debe ser tratada de igual manera que la persona que lastima a otra adrede.

Consideraciones

La Biblia nos dice que no debemos lastimar a otros, aún cuando ellos nos han lastimado primero. En Romanos 12:17, la Biblia nos dice, “No paguéis a nadie mal por mal.” En lugar de eso, “Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis” (Romanos 12:14). La Biblia continúa diciendo, “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios” (Romanos 12:19). Dios es el que va a retribuir a los que te hagan daño.

Advertencia

Hacer que otra persona cometa un pecado es lastimar a Dios. La Biblia habla duramente en contra de aquellos que hacen tropezar a un niño. Jesús habla sobre este tema en Mateo 18:5-7, cuando dice “mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar” que provocar que un niño cometa un pecado. Luego sigue diciendo, “ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo (cosas que hagan pecar a una persona)”

Beneficios

Afortunadamente, aún cuando una persona lastima a otra, Dios puede transformar la situación para conseguir algo bueno. Esto pasó en la Biblia con la historia de José, cuando sus hermanos lo vendieron para ser un esclavo. (Ver Génesis 37) Cuando luego de muchos años, José vio a sus hermanos, les dijo, “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener a salvo a mucho vidas” (Génesis 50:20)