Dietas para perros con enzimas hepáticas elevadas

Hígado.

El hígado de tu perro es un órgano multifuncional. Participa en la coagulación sanguínea, el filtrado de las toxinas y la eliminación de los desechos. También almacena las vitaminas liposolubles A, D, E y K y produce la bilis, esencial para el metabolismo adecuado de las grasas. El hígado produce varias enzimas a la vez que realiza todas estas tareas. El nivel elevado de enzimas hepáticas presentes en la sangre de un perro indica que hay una enfermedad en el hígado. Las células hepáticas dañadas dejan escapar las enzimas. Cuanto mayor es el daño de las células, mayor será el nivel de enzimas en la sangre del perro. Las dietas para los perros que presentan este problema varían dependiendo del tipo de enfermedad hepática (Referencia 1).

Elegir una dieta

Elige una dieta basada en el diagnóstico del veterinario sobre la enfermedad específica que está afectando a tu perro. Asegúrate de que la dieta cumpla con los requerimientos nutricionales y calóricos.

El hígado de un perro tiene una asombrosa capacidad de regenerar nuevas células para reemplazar las dañadas, por lo que deber proveerle una dieta que estimule el reemplazo celular. Elige alimentos bajos en sodio para minimizar la ascitis, el líquido abdominal que se acumula debido a la hipertensión en los vasos hepáticos (Referencias 1 y 2).

Contenido de proteínas, grasas y carbohidratos

Dale a tu perro varias comidas pequeñas en el día que contengan al menos un 20% de proteínas de alta calidad y fácilmente digeribles. Tu mascota necesita las proteínas para desarrollar nuevo tejido hepático. Muchos alimentos comerciales para perros contienen proteínas de baja calidad que producen amoníaco al ser digeridas. Es posible que el hígado de tu perro no esté en condicinoes de soportar la tarea de filtrar el amoníaco. En el único caso en el que no deberías darle a tu perro una dieta rica en proteínas es si se le ha diagnosticado una encefalopatía hepática, lo que significa que la enfermedad hepática ha avanzado lo suficiente como para afectar su cerebro. Dale proteínas vegetales (soja) y proteínas de lácteos, que son mejores que la carne para un perro con enfermedad hepática, segúan el doctor Shawn Messonier, DVM. Dale proteínas de buena calidad y carbohidratos altamente digeribles como las papas o el arroz blanco. Los carbohidratos que no se digieren completamente producen amoníaco. Incluye vegetales para proveerle fibra que estimula la eliminación de toxinas en las evacuaciones de tu perro. Es aceptable un nivel de grasa en la dieta de entre el 30 y el 50% (Referencias 1 y 3 ).

Suplementos dietarios

Cardo mariano.

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Dale a tu perro cardo mariano estandarizado en un contenido de silimarina del 70 al 80%. El cardo mariano protege el hígado desplazando las toxinas que se unen a sus células, y permite una regeneración celular más rápida. La dosis estándar es de 200 mg dos o tres veces al día. Compra el cardo mariano en cápsulas o en forma de líquido un una tienda de productos naturales y mézclalo con el alimento de tu perro. Evita la tintura de cardo mariano con base alcohólica (Referencia 3).

Una o dos horas antes de sus comidas diarias, dale a tu perro SAM-e. La dosis normal es de 10 mg cada 10 libras (4,5 kg) de peso.

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