Diferencias entre un texto de investigación y uno de opinión

Escrito por John Willis ; última actualización: February 01, 2018
Jack Hollingsworth/Photodisc/Getty Images

La escritura puede ser categorizada según varios aspectos, uno de ellos son los hechos contra la opinión. En un extremo de la escala, una opinión o documento editorial es simplemente la opinión de un escritor; aunque la lógica pueda ser argumentada con hechos, no es un requisito. Muchos escritos académicos están a la mitad de ambos, pues se basan en hechos para soportar una tesis. Un trabajo de investigación es lo contrario a uno de opinión, pues se apega a un estilo específico de lineamientos.

Base de hechos

Los trabajos de investigación ponen los hechos por encima de las opiniones. El cuerpo del conocimiento es más apreciado que las ideas de un autor. El escritor añade al cuerpo colectivo del conocimiento, organizando la información, hechos ya conocidos y quizá nuevos. Cualquier planteamiento en el trabajo debe ser verificable.

Estilo de investigación

Los trabajos de investigación siguen un estilo de formato. Verificar los hechos en un trabajo de investigación es un elemento diferenciador. El modo en que se verifican los hechos está dictado en los manuales de escritura. La guía de estilo MLA publicada por la Asociación del Lenguaje Moderno es de las más comunes. El estilo de investigación crea una constante en todo el cuerpo de la investigación formal.

Asuntos editoriales

En los escritos de opinión, la lógica de un argumento es parte de las herramientas utilizadas para influenciar a la audiencia. Anécdotas, humor, sentimientos, confirmación y otros enfoques pueden sostener un planteamiento factual al unir un texto persuasivo y con cohesión. El resultado de esto es un desacuerdo editorial, donde el autor plantea informalmente un hecho y comparte su opinión sobre el mismo.

Punto de vista de la primera persona

El punto de vista es una diferencia valiosa en estos estilos de escritura. En trabajos de investigación, la tercera persona es la adecuada para dar una opinión; mientras que en los escritos de opinión existen algunas restricciones, por ejemplo, el uso de la primera persona. Quizá no toda la narración recaiga en la primera persona, pero es la única para expresar un punto de vista. Si se cambia a otra persona, el lector se puede confundir porque con la primera persona se sabe si lo que se lee es una opinión o un hecho.

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