Beneficios de los bloques de pavimento permeables

Construir un camino de entrada a base de bloques de cemento como de césped es un solución práctica, decorativa y también útil para atacar varios problemas ambientales. Los adoquines y otros bloques de pavimento permeable, así como el uso de tapetes de césped, permiten que el agua se filtre en el suelo subyacente, evitando que el agua contaminada con productos químicos fluya directo hacia los arroyos y otros cuerpos de agua.

El agua, que de otra manera llenaría los desagües pluviales, en este caso se filtra a través del suelo y se purifica antes de recargar los acuíferos subterráneos. La zona de césped adicional también ayuda a reducir el calor acumulado por el pavimento expuesto a los rayos del sol.

Planea tu idea

Procura tener una idea clara acerca de lo que quieres y de lo que se puede obtener incluso antes de empezar a indagar precios. Mide la longitud y la anchura del área de entrada. Ponte en contacto con empresas de servicios públicos locales para asegurarte de que es posible excavar con seguridad en la zona elegida. Dibuja la sección en un papel y ve tomando nota de las dimensiones. Esboza los diseños que se adapten al espacio disponible y no temas experimentar con adoquines y piezas de pavimento de diferentes tamaños y formas.

Si piensas hacer que este tipo de arreglo te sirva para acomodar tu auto, ten en cuenta que la superficie pavimentada debe dominar, de modo que la mayor parte del peso de tu vehículo se apoye sobre un área sólida. En este caso los adoquines o bloques de pavimento deben ser de por lo menos 2 3/8 pulgadas (5,5 centímetros) de grosor para que soporten el peso del vehículo. El espacio ideal entre adoquines - en todos los sentidos- es de 3 o 4 pulgadas (7,5 a 10 centímetros) para que haya espacio suficiente para que el césped crezca sano.

Excavación y preparación

Mide el área que necesitas excavar y márcala con ayuda de estacas. Asegúrate de que las esquinas son cuadradas y que realmente miden 90 grados. Excava el área marcada con una pala y una azada de jardín a una profundidad de 12 pulgadas (30 centímetros). Recuerda dejar una leve pendiente -1/4 de pulgada (6 milímetros) de caída por cada pie (30 centímetros)- desde tu casa hasta un punto alejado del jardín. Compacta la tierra excavada con un disco compactador.

Coloca como base una capa de 8 pulgadas (20 centímetros) de grava procesada , 2 pulgadas (5 centímetros) a la vez, sin olvidarte de compactar cada capa hasta que notes que la grava no se riega al caminar sobre ella. Agrega 1 1/2 pulgada de arena directo sobre la grava ya compacta procurando extenderla de la mejor manera posible con un rastrillo de jardinería. Arrastra un tablero de madera de 2 x 4 pulgadas (5 x 10 centímetros) de ancho a través de la superficie para nivelar y alisar aún más la superficie de arena. Aléjate un poco para detectar las hondonadas. Rellena estas zonas con un poco más de arena y suaviza la superficie de nuevo con el tablero de madera.

Planea tu entrada

Comienza a colocar tus bloques o adoquines siguiendo tu diseño a partir de una esquina. Asegúrate de que el patrón se mantiene recto marcando las líneas con cuerda y estacas en ambas direcciones. Rellena el espacio que quede entre los adoquines con tierra vegetal en lugar de arena, de la manera en que se hace típicamente como cuando se articulan adoquines. Suavemente, apisona la tierra y emparéjala con el tablero de madera de 2 x 4 pulgadas (5 x 10 centímetros).

Procura caminar sobre el camino durante varios días para que el suelo se asiente poco a poco. Espolvorea un poco de tierra superficialmente en cualquier hondonada. Esparce algunas semillas de pasto para césped entre los adoquines y cúbrelas apenas con una fina capa de material de composta.