Cómo quitar óxido con WD-40

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El óxido es el producto de una reacción química entre el hierro y el oxígeno. Cuando una molécula de oxígeno entra en contacto con una molécula de hierro, forma óxido de hierro, u óxido, y es más que algo desagradable. Si no se trata, el óxido puede arruinar el objeto al que afecte. Mientras continúa el proceso de corrosión, más metal es expuesto al óxido, lo que debilita el metal al punto donde se quiebra o ya no sirve más. Cuando descubras óxido en un objeto valioso, es importante quitarlo lo más rápido posible. WD-40 puede ayudarte con esta tarea.

Rocía la superficie oxidada con WD-40, lo suficiente para que se moje el área. Luego de haber rociado el área, permite que se asiente por 10 minutos antes de proceder. WD-40 trabaja para romper las uniones entre el metal y el óxido, aunque requiere más tiempo para dar mejores resultados.

Utiliza un cepillo de alambre en la superficie que mojaste con WD-40. Con el óxido aflojado, el cepillo debería limpiar la mayor parte de la corrosión. Cepilla la superficie hasta que estés satisfecho que quitaste la mayoría del óxido.

Rocía otra vez WD-40 en la superficie y deja que se asiente otra vez por 10 minutos.

Utiliza papel de lija para quitar cualquier remanente de óxido. Puedes usar papel de lija de 120 a 160 para un óxido moderado y papel de lija de 80 o menos para un óxido más grave. Mientras lijas, asegúrate de quitar la mayor cantidad de óxido posible. Si dejas algo, el óxido reaparecerá en algún momento.

Vuelve a aplicar WD-40 en cantidad necesaria en áreas en que sea difícil de quitar el óxido, permitiendo que se remoje antes de que continúes cepillando o lijando.

Frota el área con lana de acero para pulir el metal y quitar los remanentes más pequeños de óxido. Luego de haber quitado todo el óxido, cubre la superficie con una aplicación de WD-40. Esto proveerá una barrera protectora contra una corrosión futura.