La caña de azúcar

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La eficiencia fotosintética de la mayoría de las plantas ―la velocidad a la que ellas convierten la energía de la luz en energía química que pueden usar para potenciar los procesos de crecimiento y de vida― oscila entre 1 y 4 por ciento, con los valores más altos perteneciendo a las plantas de cultivo. La caña de azúcar, una planta C4, demuestra una eficiencia sintética de 7 por ciento, uno de los más altos niveles de eficiencia fotosintética de ocurrencia natural registrado en la Tierra. La fotosíntesis C4, elimina algunos de los desperdicios energéticos de la fotosíntesis, por procesos de aislamiento en diferentes partes de la planta, lo que cuenta para la eficiencia de la caña de azúcar. Esta ejemplifica a una de muchas plantas C4 encontradas en los trópicos.

Maíz

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Aunque la mayoría de las plantas C4 crecen en los trópicos donde constantemente el calor les da una ventaja adaptativa, los cultivos más familiares del mundo occidental también usan la fotosíntesis C4. En efecto,Esta en parte se debe el éxito del maíz como cultivo. De acuerdo a los granjeros de granos de Ontario, el maíz rinde el doble que la mayoría de los cultivos de granos, las plantas de maíz producen un nuevo crecimiento cada dos veces por año como promedio en clima templado. Cuando otros cultivos desfallecen bajo los largos días e intenso calor a la mitad del verano que reduce su habilidad para sintetizar energía por si mismos, la fotosíntesis C4 le permite al maíz continuar con una eficiente producción de energía, permitiendo a las plantas crecer y prosperar aún en las más desafiantes condiciones.

Cactus

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La mayoría de las plantas C4 funcionan aislando procesos de fotosíntesis en diferentes partes de la planta donde el intenso calor no pueda provocar ineficiencias. Los cactus, sin embargo, pertenecen a un grupo de plantas C4 llamado plantas CAM que utilizan una forma de fotosíntesis C4 que realiza procesos fotosintéticos a diferentes horas del día con la finalidad de maximizar la eficiencia y minimizar la pérdida de agua. De noche, estos, abren los poros en sus hojas permitiendo al dióxido de carbono ―un ingrediente necesario para la fotosíntesis― entrar. Si se abrieran durante el día, estos poros causarían grandes pérdidas de agua, porque el agua se evaporaría por ellos. En la noche, las pérdidas de agua son mínimas. Los cactus se someten al camino fotosintético y almacenan productos en sus células. Cuando el sol se eleva y las temperaturas escalan, los cactus cierran los poros en el follaje, usando los productos C4 almacenados, completando el proceso fotosintético.