La elección de un compañero según la Biblia

Step 1

Deja de buscar a un compañero. Esforzarte mucho para encontrar una pareja puede hacer que ignores a la persona que Dios ha puesto delante de ti. Si vas vivir tu vida y sirviendo a Dios y a los demás, es muy probable que encuentres a una persona compatible con los mismos valores que tú. Proverbios 8:22 dice, "Casa y riqueza son herencia de los padres, pero una mujer prudente viene del Señor". El Señor proveerá a tu compañero en el momento adecuado.

Step 2

Confía en los instintos de tus padres y/o ancianos en tu iglesia. Si las personas que realmente quieren lo mejor para ti tienen reservas que pueden expresar claramente, debes pensar dos veces antes de estar con una persona que creen que es mala para ti. Por lo menos deberías considerar seriamente los comportamientos y características que les preocupan.

Step 3

No elijas a un incrédulo como compañero. 2 Corintios 6:14 dice: "No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión hay entre la luz y las tinieblas?"

Step 4

Mira más allá de la atracción física. Si bien es la belleza exterior de una persona, la que a menudo nos atrae hacia ellos, debes ser capaz de mirar más allá de esa belleza y mirar en el corazón de la persona. La Biblia nos advierte que la gente hermosa a veces puede tener valores pobres y ser difícil de tratar. Necesitas asegurarte de que la persona con la que te cases sea hermosa por dentro también.

Step 5

Mira sus rasgos de carácter. El libro de Proverbios establece claramente los rasgos de una mujer piadosa. En resumen, deben ser piadosa, temerosa de Dios, sabia, honrosa a su esposo, amable y fiel. Proverbios también enumera los rasgos de un hombre piadoso que son la compasión, la honestidad, trabajador veraz, tener control de sí mismo, tener una lengua amable, sabio y capaz de escuchar a un abogado, tener integridad, ser fiel, ser indulgente, dispuesto a admitir errores, ser humilde, un constructor de paz, evitar los excesos, ser caritativo, mantener confidencias, obedientes a Dios, no un hombre celoso y, por último, que tenga una actitud positiva ante la vida.