Enfermedades comunes de la planta de menta

La planta de menta es susceptible a enfermedades fúngicas.

Thomas Northcut/Digital Vision/Getty Images

La planta de menta es una popular hierba aromática nativa de Europa y Asia. Es una planta perenne que suele alcanzar alturas de hasta 3 pies (90 cm). Aunque es una elección ideal para principiantes, es una especie susceptible a algunas enfermedades comunes que afectan su crecimiento.

Marchitez por Fusarium

La marchitez por Fusarium suele afectar a la albahaca y a miembros de la familia de la menta. Esta enfermedad es introducida en cultivos e invernaderos mediante semillas contaminadas. Las plantas que la padecen crecen normalmente hasta que alcanzan entre 6 y 12 pulgadas (15 a 30 cm) de altura, luego el crecimiento se detiene y se marchitan. Los síntomas asociados pueden incluir líneas marrones en los tallos, caída repentina de hojas, los tallos se tuercen y sus tejidos pierden color. Sin embargo, y según la Extensión Cooperativa de Carolina del Norte, la mayoría de las plantas de menta no exhiben síntomas exteriores de marchitez por Fusarium pero transportan el inóculo todos los años, resultando en la infección de nuevas plantas. El hongo Fusarium puede persistir en el suelo entre 8 y 12 años.

Marchitez por Verticillium

La marchitez por Verticillium es una enfermedad que afecta a más de 300 especies de planta. Las de la familia de la menta son susceptibles, informa el Jardín Botánico de Missouri. Los síntomas asociados con la enfermedad varían según las condiciones ambientales y el tipo de planta, pero pueden incluir amarillamiento de hojas, marchitez repentina, defoliación prematura y detención del crecimiento. Los síntomas iniciales pueden afectar sólo a una parte de la planta o a toda la planta entera. Esta puede morir rápida o lentamente en el curso de varios años.

Oídio

El oídio es un problema serio que afecta comúnmente a miembros de la familia de la menta, como a la monarda. Se trata de una enfermedad causada por un hongo que produce un polvo blanco sobre la superficie de las hojas y hace que estas caigan prematuramente. Los síntomas de esta enfermedad fúngica son severos en plantas que crecen amontonadas, sufren estrés por sequía y crece en zonas de sombra parcial o total. Plantar variedades resistentes al oídio es la mejor forma de evitar su ataque. La eliminación y destrucción de plantas de menta infectadas por la enfermedad reducirá la probabilidad de que esta vuelva a aparecer al año siguiente.

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