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Elabora la carta con cuidado, asegurándote de evitar conectores o vocabulario que uses normalmente. Todas las personas tienen un método de comunicación muy distintivo, y tu meta es esconder el tuyo. Por ejemplo, si normalmente eres un escritor muy elocuente, asegúrate de usar jerga y mala gramática para despistar al receptor de tu rastro.

Mantente ceñido al ejercicio de la ley cuando compongas la carta. Nunca amenaces o acoses a nadie porque esto puede causar que la persona tome acción legal.

Finaliza la carta sin agregar mucho detalle; definitivamente, menos es más cuando se escribe una carta anónima. Entre más escribas, más información divulgarás, lo que le facilitará a la persona identificarte. Incluye en tu carta sólo los hechos más importantes.

Envía la carta a través del servicio postal o déjala en algún lugar donde la persona la pueda encontrar. Si eliges enviar la carta a través del servicio postal, asegúrate de que la carta y la dirección en el sobre sean escritas a máquina; no quieres que nadie reconozca tu letra.

Envía la carta de manera oportuna. Normalmente, las cartas anónimas divulgan información crucial e importante, y ser oportuno lo es todo. Si la carta llega muy tarde, en vez de ayudarle al receptor en su situación, puede llegar a causarle más complicaciones.