Ambiente

Las estepas rusas son una vasta llanura, a veces con zonas más elevadas, a veces muy plana. Las grandes extensiones de llanura se interrumpen naturalmente sólo por ríos como el Don, Volga y Ural y sus afluentes. El clima de la estepa es semiárido, experimentando veranos calientes y cortos e inviernos largos y fríos. Las precipitaciones son mínimas (el área recibe menos de 400 mm de precipitación por año) junto con rutina de vientos calientes y secos del este de Asia hacen que la región sea susceptible a sequías periódicas.

Plantas y animales

En su estado natural, la vegetación de las estepas rusas consiste principalmente en pastos, sobre todo stipa, hierbas, flores silvestres y arbustos con arboledas dispersas. Animales nativos sobrevivientes son igualmente escaso. Algunos roedores, incluyendo marmotas, hámsters, hurones y otras comadrejas, topos, y cinco especies de suslik, un tipo de ardilla de tierra, hoy son las especies más comunes. Antes de haber actividad humana, la estepa estaba llena de grandes mamíferos como el bisonte, el antílope y el zorro tártaro, pero estas especies están muy amenazadas.

Asentamiento

Durante siglos, los habitantes primarios de las estepas rusas eran pastores nómadas turcos y mongoles. Como eran pastores, quemaban árboles para promover el crecimiento de hierbas para que hubiese más espacio para que sus rebaños pudieran pastar, en el proceso iban empujando a los campesinos eslavos más profundamente dentro de los bosques del norte y el oeste. Una vez que Ivan IV conquistó la región para Rusia a mediados del siglo XVI, los eslavos, sobre todo los cosacos, tomaron el control de la región, pero no se cultivó hasta el siglo XVIII.

Agricultura y ganadería

Una vez que la actividad agrícola de las estepas se inició en el siglo XVIII, la población de la región se llegó desde menos de 400.000 a casi 15 millones a finales del siglo XIX. Ellos transformaron la vegetación en ricos pastos y tierras de cultivo para los cereales. La eliminación por parte de los agricultores de los ya escasos árboles, llevó a la erosión del suelo, el cambio climático y las tormentas de arena devastadoras. Según pasaron los años, se han propuesto diversas ideas para la plantación estratégica de árboles y técnicas de riego para la explotación de la tierra y el cultivo de cereales. Hoy en día, la mayor preocupación es cómo restaurar el suelo fuertemente empobrecido a su estado de fertilidad primitiva.