Esponja de celulosa

Las esponjas multi-propósito son las que abundan en los estantes de la sección de limpieza de una tienda. Se hacen de celulosa y tienen un pequeño paño para frotar en una de las caras. Esta esponja sirve para los platos que están ligeramente sucios o para la limpieza de las superficies en general. No son muy abrasivas, así que no son las acertadas para las manchas rebeldes.

Una esponja de celusa solamente, sin un paño para frotar, es buena para el lavado pesado. Úsala para lavar los pisos o el auto. Una de celulosa gruesa está llena de agujeros y absorbe mucha agua, que es lo que necesitas para lavar objetos grandes, paredes y pisos.

Esponjas abrasivas

Algunas cosas son difíciles de remover. Incluyendo las calcomanías, los crayones y las manchas de comida endurecidas. Las esponjas de metal y nailon son abrasivas. Las de nailon son las que se usan generalmente para el lavado de la vajilla porque con ellas puedes limpiar las piezas duras de la comida de anoche. Las de metal son muy abrasivas y a veces, pueden dañar las superficies que frotas. Antes de raspar cualquier cosa con una de estas esponjas asegúrate de que lo que intentas limpiar lo soportará o le dejarás marcas al objeto.

Esponja seca

Las esponjas secas también pueden estar hechas de celulosa, pero no están diseñadas para ser usadas con agua. Si estás limpiando paredes dañadas por el humo del cigarrillo, por los pelos de las mascotas u otros elementos que puedes sacar con un plumero o un paño, puedes usar una de estas esponjas. El polvo que quitas con un plumero se incorpora al aire y un paño húmedo remueve los pelos, el hollín y otros elementos finos, pero mancha las paredes. Si quitas esta suciedad con una esponja seca, no tendrás este problema.

Esponjas naturales

Las esponjas naturales o de mar se usan como reemplazo de las de celulosa. Son animales que se han cosechado para limpiar. Están libres de químicos, son no tóxicas, y trabajan de la misma forma que las de celulosa.