Funciones de un ecosistema

Existen muchos ecosistemas diferentes en el planeta.

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Los ecosistemas se pueden considerar como unidades cerradas que continuamente circulan la energía, nutrientes y materiales dentro de sí mismos, y eventualmente entre otros sistemas. Los ecosistemas son únicamente identificados por su clima, formaciones de la tierra, entrada y salida de agua y nutrientes, las plantas y animales que están presentes y la edad general del sistema. Las funciones de un ecosistema son pertinentes a los cambios e interacciones entre los componentes vivos y no vivos.

Ciclo de nutrientes

Un rol de los ecosistemas es la transformación y procesamiento de nutrientes. Como ejemplo, las tierras húmedas adyacentes a los campos de agricultura pueden reducir los nitratos del fertilizante a gas nitrógeno y regresarlo a la atmósfera. De forma similar, el fósforo que ingresa en el agua puede ser absorbido por las partículas del suelo y descomponer parcialmente la materia orgánica. Estos dos procesos remueven los nutrientes que podrían contaminar los ríos y corrientes cercanas. La importancia de la mejoría de la calidad del agua a través de la retención de nutrientes ha sido ilustrada por Nancy Rabalais, R. Eugene Turner y Donald Scavia en su artículo de 2002 en el diario "BioScience". Reportaron que el exceso de nitrógeno y de carbono orgánico en el medio oeste contribuye significativamente a la hipoxia a gran escala, la baja disolución de oxígeno en los sistemas acuáticos, en el golfo de México. Mejorando la retención de nutrientes y la remoción de ecosistemas en el medio oeste se pueden minimizar los nutrientes que exacerban la hipoxia.

Transferencia energética

La producción, utilización y transferencia de energía es una de las funciones primarias de cualquier ecosistema, y una que varía enormemente entre sistemas. La producción de energía comienza con los productores primarios, las plantas y las algas, utilizando bióxido de carbono, agua y luz del sol para generar carbono orgánico a través de la fotosíntesis. Una vez que este carbono ha sido fijado por las plantas, se puede transferir a los animales que pastan la vegetación o puede ser depositado en el suelo donde será descompuesto. La materia orgánica en el suelo es entonces una fuente de energía para los microbios, quienes eventualmente regresan el carbono a la atmósfera como dióxido de carbono a través de la respiración.

Hábitats

Las especies presentes, así como aquellas que están ausentes, son las características que definen a los ecosistemas. Sin embargo, una función de todos los ecosistemas es proveer un hábitat para las plantas y animales. A través de las interacciones de los componentes bióticos (vivos) y abióticos (no vivos) de los ecosistemas, las plantas y animales son capaces de encontrar cobijo, nutrientes y fuentes de energía y formas de reproducirse. Los componentes del hábitat varían con respecto a cada especie individual, pero los componentes clave son frecuentemente los tipos de suelo, precipitación, temperatura, elevación y la ocurrencia de fenómenos naturales. Algunos procesos físicos que dan como resultado la formación de un hábitat adecuado incluyen las inundaciones, los deslaves, la erosión del suelo y la acumulación de materia orgánica en el suelo. El soporte de la biodiversidad es frecuentemente considerado un servicio del ecosistema debido a que provee algunos valores para las poblaciones humanas. Sin embargo, el proceso físico de proveer hábitat es una función que define a un ecosistema.

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