Guía de antibióticos para dolores de muelas

El dolor de muela es tan molelsto que algunas veces se tiene que recurrir al uso de antibióticos.
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El dolor de muelas realmente puede ser muy molesto. De hecho, a veces se considera más agonizante que un parto. Para agravar el problema, muchos de estos dolores no tienen para nada una solución rápida. Los analgésicos, con o sin prescripción, pueden eliminar un poco el dolor pero es seguro que regresará en unos cuantos días o incluso en horas. Los antibióticos son bastante exitosos con el tratamiento para el dolor, pero algunas veces pueden pasar varios días antes de que se sienta algún alivio. Cuando se trata de tratamientos permanentes para la mayoría de dolores de muelas, los antibióticos por lo general son la mejor opción.

Penicilina

El antibiótico más famoso y preferido para el tratamiento de dolores de muela que son el resultado de una infección dental es la penicilina, la cual ha sido utilizada en la odontología desde la Segunda Guerra Mundial. Derivada de un tipo de moho, existen varios efectos secundarios asociados con el uso de la penicilina, con solo unos cuantos reportes de nauseas, vómito, diarrea y lengua negra vellosa. Estos síntomas por lo general terminan después de que el paciente deja de tomar la penicilina. También es importante darse cuenta de que algunos tipos de infecciones se han desarrollado, tanto parcial como completamente, resistentes a la penicilina. En estos casos, el tratamiento con penicilina es inútil.

Amoxicilina

La amoxicilina es una versión modificada de la penicilina que se desarrolló para el tratamiento de infecciones y bacterias resistentes a la penicilina. Este es el antibiótico más usado en la odontología actual, también se usa en pacientes que son alérgicos a la penicilina y se receta con frecuencia a quienes nunca antes han tomado un antibiótico. Sin embargo, hay más efectos secundarios asociados con el uso de la amoxicilina que con el de la penicilina; los más comunes son: nauseas, vómito, diarrea, lengua negra vellosa, sarpullido, ictericia, manchas en los dientes, hiperactividad, agitación e insomnio. La sobredosis puede provocar insuficiencia renal, cristaluria y nefritis intersticial. La Amoxicilina a menudo puede anular el efecto de las pastillas anticonceptivas.

Clindamicina

Usada con menos frecuencia que la penicilina o la amoxicilina, la clindamicina se utiliza para tratar infecciones que son el resultado directo de las bacterias resistentes a la penicilina y a la amoxicilina. Sin embargo, hay muchos efectos secundarios que se reportan en los consumidores de este antibiótico, algunos de los cuales pueden ser muy severos; estos son: nauseas, vómito, diarrea, dolor abdominal, colitis pseudomembranosa, dermatitis y leucopenia. La sobredosis de clindamicina puede provocar convulsiones y depresión.

Lo que no curan los antibióticos

Aunque se ha probado que varios antibióticos son efectivos contra numerosas infecciones y tipos de bacterias, no lo son contra los dolores de muela causados por la pulpitis irreversible. En estos casos, el único tratamiento es la administración prolongada de analgésicos.

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