Historia de la vestimenta del tango

El tango es un genero musical que se originó en la región del Río de la Plata.

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El término tango hace referencia a un género musical y una forma de danza que surgió en Buenos Aires, Argentina, y en Montevideo, Uruguay, a fines del siglo XIX. Si bien se desconoce si el tango realmente se originó en burdeles, se sabe que tuvo sus orígenes en los distritos de clase baja de la región del Río de la Plata. Debido a que el tango comenzó como un fenómeno urbano y no como un baile tradicional o folclórico, no está relacionado a ninguna vestimenta. El estilo de este género musical y forma de danza social estuvo altamente influenciado por la cultura africana y los numerosos inmigrantes franceses, españoles e italianos que habitaban estas ciudades portuarias. Los primeros atuendos propios del tango reflejaban la vestimenta urbana que usaban los pobres y las clases trabajadoras de la región.

Historia

El tango comenzó como una forma de arte de los pobres. En sus comienzos, las clases media y alta se toparon con el tango en los principales lugares donde las clases sociales se mezclaban, es decir, los burdeles. Los relatos de la época calificaban de vulgar e "indecente" al estilo de los bailarines de tango. Más tarde, debido a que esta danza causó furor en Estados Unidos y Europa, la cultura del tango influenciaría a la moda ya que se trasladó desde los barrios marginales a los cabarés frecuentados por las clases media y alta y los salones de baile de París, Londres, Berlín y Nueva York.

Vestimenta de los hombres

La vestimenta del hombre emulaba a la del "compadrito", o chico recio de la calle, y se caracterizaba por las botas de taco alto, los sombreros de fieltro y las corbatas de seda mal anudadas. Los músicos más famosos del tango, como Carlos Gardel, quienes a menudo lucían una bufanda de seda, trajes con doble botonadura y el pelo peinado hacia atrás, influenciarían años más tarde al atuendo del hombre.

Vestimenta de las mujeres

El tango tuvo un fuerte impacto en la vestimenta de las mujeres de 1910. Cuando esta danza llegó a Estados Unidos y Europa, la ropa de las mujeres se volvió más ligera y holgada para adecuarse a los movimientos propios del tango, caracterizado por un estrecho abrazo entre la pareja, muchas veces mejilla con mejilla, con las piernas extendidas entre las de su compañero de baile. El "satén tango", naranja y amarillo, se vendía como pan caliente y el "tango visite", que los diseñadores anunciaban en 1913, era un vestido con una parte alta holgada y transparente y una falda que llegaba hasta la mitad de la pantorrilla.

La revolución del tango en la moda

El tango causó tal sensación que revolucionó el uso del corsé. Los fabricantes se adaptaron al cambio al confeccionar corsés especiales para bailar, que permitían mayor movilidad en la parte superior del cuerpo. Esto contrastaba claramente con la moda impuesta por la "chica Gibson", que se caracterizaba por faldas largas y sueltas y corsés a la cintura muy apretados. Además, la falda pantalón, o pantalón para mujeres, se puso de moda para adecuarse a la danza.

Vestimenta moderna

La popularidad del tango decayó a causa de la Gran Depresión y las posteriores dictaduras militares en Argentina. Durante el gobierno de Juan Perón esta danza resurgió, pero volvió a entrar en decadencia durante la década del 50, a causa de la popularidad lograda por el rock sumada a las revueltas políticas y económicas. El interés por el tango se renovó en 1983 y luego en la década del noventa. La vestimenta moderna del tango que se baila en las calles hace referencia al pasado, si es que no se trata de una interpretación literal, en la cual los hombres se visten con trajes de doble botonadura y el pelo peinado hacia atrás y las mujeres lucen vestidos a la pantorrilla que se remontan al furor de los años 20.

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