Ingredientes para cambiar el sabor de tu sopa

La sopa y sus infinitas variedades.

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Las sopas son una parte importante de la alimentación, llegando a tener un importante protagonismo en la gastronomía de algunos países. La sopa nos hidrata y, según sus ingredientes y modo de preparación, nos aporta valiosos nutrientes. La sopa se puede tomar tanto caliente como fría, ayudándonos a recuperar el calor corporal perdido o refrescándonos. Existen infinitas recetas de sopa y los ingredientes que se pueden emplear son innumerables. Sin embargo, es corriente que caigamos en la monotonía de preparar la sopa siempre de la misma manera. Aquí tienes ideas para variar el sabor de tu sopa sin necesidad de variar su modo de preparación.

Overview

Jamón Serrano

Jamón serrano: proporciona gusto y aroma.

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Añade jamón serrano para proporcionar sabor, aroma y sal a tu sopa. Puedes usarlo cortado a tacos o bien usar un trozo del hueso. En ambos casos ten precaucion de añadir menos sal de la habitual o te quedará una sopa salada. Si echas el jamón a tacos, espera hacia el final de la cocción para echarlo. Si usas el hueso, échalo al comienzo y tenlo hirviendo al menos media hora para que aporte todo su sabor.

Apio

Apio, aroma exótico.

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Si quieres dar a tu sopa un toque diferente añade un poco de apio finamente cortado o rallado. Existen diferentes variedades de apio, unas más aromáticas que otras. Por eso es muy importante que no eches demasiado apio o tomará todo el protagonismo de la sopa camuflando el resto de sabores. Échalo a la olla al principio de la cocción.

Ajo

Ajo, sabroso y sano.

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El ajo es un condimento sano y muy sabroso que alegra cualquier plato. Ahora bien, para echarlo a una sopa ha de gustarte mucho, pues aporta mucho sabor y toma el protagonismo, pudiendo o bien resaltar el resto de ingredientes o bien camuflarlos totalmente en función de la cantidad de ajo que añadas. Puedes añadirlo fresco o en polvo: el resultado será similar.

Sal marina

Sal, mejor marina.

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A diario usamos la sal para cocinar y no solemos pararnos a pensar la diferencia de sabor que aportan una y otra sal. La sal común de mesa es suficiente para la cocina del día a día pero cuando buscamos hacer un plato especial, se logran mejores resultados con una sal marina lo más pura posible. Las sales del Himalaya, las sales maldon, las de Bretaña o la flor de sal son diferentes tipos que puedes probar.

Especias

Especias, infinitas combinaciones de sabores.

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Experimenta con diferentes especias para cambiar el sabor de tu sopa. Las combinaciones son prácticamente infinitas. Para sopas de pescado, prueba con jengibre molido o con eneldo. Para sopas de carne es corriente usar comino molido, orégano, laurel o tomillo. Puedes también elaborar "bouquets" de hierbas frescas y cítricos, amarrándolas con un fino cordel y sumergiéndolos en la sopa.

Limón

El limón, aroma y vitaminas.

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El limón aporta frescor a tus platos. Además es rico en minerales y vitamina C, que es fundamental para nuestro sistema inmune. Del limón puedes aprovechar tanto su zumo como su cáscara, rallándola justo antes de servir sobre el plato para aportar aroma. Recuerda lavar bien el limón antes de rallarlo. Si lo que vas a utilizar es su zumo, es mejor que lo hagas con la sopa ya cocinada, pues si lo sometes a cocción perderá la mayor parte de sus propiedades. Si el limón es demasiado fuerte para tu sopa, puedes sustituirlo por semillas de cilantro molidas.

Coco

El coco tiene muchas propiedades.

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El coco tiene muchas propiedades excepcionales para la salud. Es una fuente de grasas saludables, es antifúngico y no tiene colesterol. Para la sopa utiliza la leche de coco, que es muy sabrosa y aromática y puedes preparar tú mismo fácilmente en casa. Para dar un toque más oriental a tu sopa puedes utilizar aceite virgen de coco y curry o cúrcuma.

Nata

La nata, el mejor aliado de muchas sopas.

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Si quieres transformar una sopa en una cremita suave añádele nata. Un puré de calabacín o de espárragos queda espectacular simplemente con un chorrito de nata. Intenta que sea natural y orgánica pues los lácteos comercializados suelen tener aditivos y restos de antibióticos por lo que no son muy saludables. La nata la puedes echar en el plato justo antes de servir o durante la cocción, teniendo en cuenta que en este último caso espesará más.

Manteca

Manteca, más sana de lo que pensamos.

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En contra de lo que la publicidad nos hace creer, el cuerpo necesita dosis diarias de grasa para funcionar bien. Una de las fuentes saludables de grasa es la manteca de cerdo. Puedes añadirla a tu sopa y obtendrás un plato energético, sabroso y con un toque inigualable de cocina casera tradicional. Puedes usar en su lugar mantequilla, pero nunca uses margarina.

Tomate

El tomate en su justa medida potencia el sabor de la sopa.

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Una pizca de tomate natural pelado aporta color a la sopa y un poco de acidez, lo que contrarresta otros sabores y equilibra el conjunto. Si añades demasiado, la sopa sólo sabrá a tomate, así que pon cuidado. Recuerda usar tomate natural en lugar del de lata. Para pelarlo fácilmente puedes escaldarlo en agua hirviendo.

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