Juegos de improvisación para niños

Las dinámicas de improvisación para niños pueden ayudarles a desarrollar múltiples habilidades.

Adam Taylor/Digital Vision/Getty Images

La improvisación o los juegos de improvisación para niños son estupendos para los campamentos y talleres de teatro. Sin embargo, estos divertidos juegos pueden usarse también en otros lugares, como campamentos de la iglesia y en la escuela. Ayudan a los niños a expandir su imaginación y pensar rápido. Además, pueden proporcionar algunos resultados realmente divertidos y grandiosas historias.

¡Congelado!

Este juego es más adecuado para niños mayores, de entre nueve y doce años. Reúne a todo el mundo en un círculo y selecciona dos voluntarios para que pasen al centro y comenzar. Pide sugerencias acerca de a quiénes van a representar y lo que están haciendo para la escena inicial. Los dos actores pueden comenzar después de eso, ya sea que son dinosaurios en Disney World, o sus abuelos en un concierto. En cualquier momento, alguien en el círculo de alrededor puede gritar "¡Congelado!" En ese momento, los dos actores deberán congelarse en cualquier posición en la que hayan quedado. Quien haya gritado toma el lugar de uno de los actores y comienza una nueva escena desde esa posición con personajes completamente distintos y es trabajo del otro actor comenzar con una nueva historia. Es mejor hablar con los niños antes de que comience el juego sobre no gritar "¡Congelado!" demasiado pronto, o gritar sin tener una idea clara sobre lo que quieren hacer. el juego puede, desafortunadamente, terminar pronto si alguien salta al centro y sólo comienza a reírse.

Pasa la pelota

Este juego es bueno para niños de todas las edades y puede ser una grandiosa manera de presentar la improvisación a los niños pequeños. Todo el mundo se sentará o se quedará de pie en un círculo; el estar de pie es usualmente mejor, pero si te preocupa el déficit de atención, mantenerlos sentados puede funcionar también. Reúne al grupo y simula que estás sosteniendo una pelota. La pelota, por supuesto, es imaginaria. Lánzala al aire, atrápala y procura darle a los niños una sensación real del tamaño y dimensiones de la misma. Explica que se trata de una pelota mágica, que se vuelve más ligera o más pesada, o más grande o más pequeña, dependiendo de quién la atrape. Elige al niño a tu lado y dile que cuando le pases la pelota tienen que tomarla como les fue entregada (es decir, como tú estabas actuando con ella), pero que al momento de recibirla puede transformarse en cualquier tipo de pelota que deseen. Este juego es una buena manera de aprender sobre las técnicas básicas del mimo también. Comenzarán a expresarse al esforzarse bajo el peso de una pelota muy pesada, o remover una pelota de básquetbol en contra del suelo, o pateándola como una pelota de fútbol. Conforme vayan mejorando, puedes cambiar el juego, de pasar la bola alrededor del círculo, a lanzarla de un lado al otro de la habitación.

Historia de una sola palabra/oración

Este juego de improvisación es especialmente bueno para niños más pequeños, incluyendo aquellos que apenas están aprendiendo la estructura de una historia. Para comenzar, haz que todo el mundo se siente en un círculo. Después, diles la primera frase para comenzar una historia. Puede ser cualquier cosa, desde "Era una noche oscura y tormentosa" a "Había una vez tres personas viviendo en un submarino amarillo". Ve en dirección contraria a las manecillas del reloj y haz que cada niño agregue una oración a la historia. Es a veces útil hablar con el grupo previamente para recordarles que una historia no tiene que ser demasiado tonta para ser graciosa. Deja que la historia siga por dos rondas en el círculo, dependiendo de cuántos niños haya. Cuando sientas que se acercan a un final lógico, deberás ser la persona que termine el cuento. Conforme los niños se vuelvan mejores en el juego, puedes comenzar a hacer variaciones. Déjalos pensar que pueden decir una oración completa, pero a mitad de la misma grita "¡siguiente!" y deja que la persona que le sigue termine la idea. Eventualmente, puedes llegar al punto en que cada persona añadirá sólo una palabra a la historia.

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