Haz un tablero de textura

Pega varios materiales de textura a un pedazo grande de cartón. El tablero se divide en cuadrados con un marcador negro y fija los diferentes materiales en cada sección. Permite que los niños toquen cada material y hablen sobre cómo se siente. Hay muchos materiales para este tablero de textura como algodón, piel sintética, papel de aluminio, gamuza, goma espuma, malla, papel de lija, arpillera y más. Cortar la cartulina en forma de serpiente y hacer secciones es otra opción para esta artesanía.

Sentir rocas y piedras

Recoge una variedad de rocas y piedras en un paseo. Primero, toca las piedras para sentir la espesura y la superficie. Entonces hablen de caliente y frío. En un día caluroso y soleado, las rocas pueden sentirse calientes al tacto, mientras que las piedras que están enterradas en la tierra o en la sombra pueden estar frías. Esta actividad se puede replicar en el interior colocando piedras en el congelador y algunas en un recipiente de agua caliente. Colócalas sobre la mesa e invita a los niños a tocar las piedras. Discute cómo el mismo objeto puede tener una sensación diferente bajo dos circunstancias.

Crea una imagen pegajosa

Corta un cuadrado grande de papel autoadhesivo y transparente y pégalo a la pared, con el lado pegajoso hacia fuera. Pon una caja de artículos livianos e invita a los niños a pegarlos en el papel para crear un collage. Piensa en objetos como pasto, hojas secas, plumas, hilado, retazos de tela, una variedad de papeles, botones y pedazos de limpiapipas. Los niños quedarán fascinados presionando las cosas en el papel pegajoso en esta actividad sensorial.

Juega con masa de maicena

Esta sustancia mágica se vuelve sólida y cálida al apretarla, pero se convierte en una sustancia líquida y que corre entre los dedos cuando aflojas tu empuñadura. En un tazón grande mezcla una caja de maicena y agua (suficiente para hacerla sentir como salsa). Añade colorante si lo deseas. Los niños y adultos podrán disfrutar jugando con esta sustancia calmante.