Cómo limpiar estuco

El estuco es relativamente fácil de limpiar. Un suave rocío de agua es todo lo que se necesita para lavar tierra. Como este material es poroso, algunas manchas pueden ser absorbidas, de modo que deben ser tratadas inmediatamente. Si el material que mancha no puede ser lavado, deberás tomar medidas más radicales. Sólo debes lavar el estuco que ya se ha fijado y endurecido; esto sucede unos cuantos días después de su aplicación inicial. Tratar de limpiar estuco cuando aún no está fijado va a removerlo o, en el mejor de los casos, deformarlo.

Moja la superficie de estuco con una manguera con rociador. No es necesario usar alta presión para eso; basta con mojar toda la superficie, comenzando por abajo y subiendo. Esto impide que el agua sucia sea absorbida por los poros del estuco seco.

Dirige un rocío de mayor presión de la manguera al estuco, si tu rociador te permite hacerlo. Si no puedes focalizar el rociador, usa el cepillo de nylon para quitar tierra. No uses un lavador a presión.

Mezcla lo siguiente en un balde de dos galones a medio llenar con agua caliente: un chorro generoso de detergente para platos líquido, media taza de carbonato sódico y media taza de bórax. Sumerge tu cepillo en esta mezcla, cepilla con fuerza cualquier área manchada, y lava con agua de la manguera.

Enjuaga el estuco de arriba a abajo, para evitar que quede agua sucia.

Deja que el estuco se seque. Esto puede tomar una cantidad variable de tiempo, según la humedad.

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