Las líneas más famosas de Otelo

Escrito por Stephanie Mitchell ; última actualización: February 01, 2018
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"Otelo" (Othello) es una de las obras más famosas de Shakespeare, que incluye a las heroínas más nobles y a los villanos más malvados. La obra tiene muchas líneas famosas, algunas de las cuales han penetrado en el lenguaje como refranes. Iago, en particular, usa frases que se han convertido en expresiones comunes en el inglés moderno, pero no todas las líneas más famosas de la obra le pertenecen.

Otelo

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La frase más famosa de Otelo es del acto V, escena II, la escena final de la obra: "Es la causa, es la causa, mi alma". Otelo dice esto cuando entra en la recámara de Desdemona a matarla y la ve durmiendo. "La causa" refiere al crimen de adulterio, del que él la cree culpable, y no a Desdemona misma. Él no desea matarla por venganza, sino para hacer justicia por su crimen.

Iago, acto I

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Una de las líneas más famosas de Iago se encuentra en la primera escena de la obra: "pero llevaré mi corazón en la mano, para que lo piquen los cuervos". Esta línea suele ser malinterpretada porque es la segunda parte de una reflexión. La línea completa de Iago implica que él esconde sus sentimientos e intenciones para protegerse a si mismo. Éste es probablemente el origen de la expresión moderna "llevar el corazón en la mano".

Iago, acto III

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Iago tiene otra línea que se ha convertido en cliché: "¡Ten cuidado, oh Señor, de los celos! Es el monstruo de ojos verde que se burla de la carne que se alimenta", del acto III, escena III. Iago primero plantea la idea de la infidelidad de Desdemona en la mente de Otelo, y luego le advierte que no debe sospechar tanto, alegando que esto lo hará infeliz. Este revés psicológico sólo sirve para propulsar los celos de Otelo. La expresión moderna "el monstruo de ojos verdes", que se refiere a los celos, proviene de esta línea.

Desdemona

La esposa de Otelo, Desdemona, tiene comparativamente pocas líneas famosas. Su frase más reconocida es de la escena III del acto I: "mi noble padre, percibo aquí una tarea dividida". Se trata del comienzo de un discurso que ella da a su padre, en el que dice que su lealtad está dividida entre él y su esposo. Está explicando que, aunque sea una hija obediente y sumisa, no puede hacer lo que su padre desea porque le debe mayor obediencia a Otelo.

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