Step 1

Busca espacios vacíos debajo de la puerta o alrededor del marco de la puerta. Incluso un 1/4 de una pulgada (0,6 cm) puede canalizar una gran cantidad de sonido. Si encuentras espacios, séllalos con cinta de célula cerrada. Esto puede comprarse en cualquier tienda de ferretería local por al menos unos US$10.

Step 2

Instala un barrido en la puerta si la parte inferior de la puerta tiene un espacio entre la puerta y el suelo. Esta es una banda de metal con un barrido de caucho sobre la misma. Se atornilla a la base de la puerta de modo que la porción de caucho sólo frote el suelo.

Step 3

Comprueba para ver si hay algún aislamiento entre el marco de la puerta y la pared interior. Lo puedes comprobar mediante la eliminación de la moldura alrededor de la puerta. Esta sección se deja a menudo vacía y cubierta simplemente por la moldura. Aísla la zona con masilla y luego cubre con cinta de plomo.

Step 4

Cubre la puerta con una barrera de sonido. Esto puede ser tan simple como una colcha que cubre la puerta. Adjunta velcro alrededor del exterior del marco de la puerta y en el borde de la colcha. Asegura la colcha sobre la puerta cuando lo desees para amortiguar el sonido.

Step 5

Considera reemplazar la puerta interior con una puerta de exterior si aquellas medidas no te proporcionaron el aislamiento acústico que deseas. Las puertas exteriores son sólidas y bloquearán más sonido que las puertas huecas de interior.