Cómo hacer queso parmesano

El queso parmesano es uno de los quesos más fáciles de hacer, sin embargo, ten en cuenta que tomará al menos cinco meses para que obtenga su forma. Si estás dispuesto a esperar, reúne los ingredientes y ponte a trabajar.

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Calienta la leche a unos 100 grados y añádele el fermento de termófilas. Deja que madure durante aproximadamente una hora.

Disuelve la tableta en 4 cucharadas de agua fría y viértela en la leche. Agítala durante unos cinco minutos con un batidor de alambre.

Deja reposar la solución de leche durante unos 90 minutos, debería formarse una cuajada en este lapso de tiempo. Córtala en 1/4 de cubos y déjalas reposar por unos 10 minutos.

Aumenta la temperatura de la leche a 124 grados. Continúa agitando las cuajadas para evitar que se peguen entre sí. Mantén las cuajadas a esta temperatura hasta que estén pequeñas y firmes (esto llevará unos 30 minutos como máximo).

Escurre el suero de la leche con un colador forrado con estopilla y coloca las cuajadas en el molde. Presiona el queso a 10 libras por 1/2 hora. Retíralo y dale la vuelta. Presiónalo ahora a 25 libras por 1/2 hora. Voltea el queso nuevamente y ahora presiónalo por 12 horas.

Retira el queso de la prensa y déjalo flotar en una solución de salmuera fría (1 y 1/2 tazas de sal en 1/4 de galón de agua) por 30 horas. Retíralo y déjalo secar.

Coloca el queso en el refrigerador durante al menos cinco meses. Dale la vuelta al queso cada dos días durante las primeras semanas y luego una vez por semana. Después de dos días, tapa al queso con un tazón dado vuelta. Verifica si el queso tiene moho. Si lo tiene, simplemente elimina el área de moho.

Ralla el queso cuando estés listo para utilizarlo. Puedes usarlo en cualquier momento después de cinco meses, pero si lo mantienes por mucho tiempo, su sabor será más fuerte.

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