Cómo recalentar una cacerola de lasaña

Lasaña.

Eising/Photodisc/Getty Images

Cuando sacas la lasaña del horno, todos los ingredientes tienen un rico sabor combinado con una textura suave. Esas características de recién salido del horno se pierden mientras la lasaña se enfría debido a que la pasta comienza a absorber la salsa y el queso comienza a cuajar. Recalentar lasaña es un poco más difícil que otros platos debido a sus capas de ingredientes múltiples. Puede ser difícil de recuperar la textura original, ya que lo sobrante recalentado tiende a ser duro o pegajoso a menos que hagas un poco de preparación extra.

Step 1

Precalienta el horno a 350 grados Fahrenheit. Mete un tenedor en la parte superior de la lasaña y repite hasta que toda la superficie de la lasaña esté cubierta con agujeros pequeños.

Step 2

Vierte 2 cucharadas de leche lentamente a través de la parte superior de la lasaña para que se llene de manera uniforme en todos los orificios de la horquilla y se inyecte la humedad en las capas endurecidas. Añade otra cucharada de leche, si todos los orificios no están cubiertos.

Step 3

Envuelve la cacerola de la lasaña firmemente con papel de aluminio. Asegúrate de que el papel de aluminio no esté presionando directamente la parte superior de la lasaña o el queso se derretirá y se adherirá a la lámina.

Step 4

Pon la lasaña cubierta en el horno y hornea durante 20 minutos. Despega la lámina para asegurarte de que el queso esté dorado y burbujeante.

Step 5

Verifica en el interior de la lasaña para asegurarte de que se ha calentado. Pega el tenedor en el centro de la lasaña y mantenlo en su lugar durante 10 segundos, luego quítalo y toca la punta del tenedor para asegurarte de que esté tibia.

Step 6

Cubre la lasaña con el papel de aluminio y hornea por otros 10 minutos, si el tenedor está frío significa que el centro no está caliente. Sirve la lasaña inmediatamente una vez que se caliente, de lo contrario podría endurecerse de nuevo.

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