Ingredientes

La mayoría de los egipcios antiguos vivían a lo largo del valle del río Nilo. Plantaban cosechas en la tierra rica y negra depositada cada primavera por las aguas desbordadas del Nilo. Garbanzos, habas, lechuga, ajo, cebollas, puerros y pepinos crecían rápidamente y se cosechaban lo más rápido posible antes de que las aguas anegadas volvieran a cubrir la tierra y enriquecieran de nuevo la tierra. Granadas, higos y dátiles crecían a lo largo de los canales y las uvas se enroscaban en las laderas empinadas del Sinaí.

Las cabras y las ovejas crecían gordas en los duros campos y viñedos de las montañas y llanuras. Los cerdos no se solían utilizar para comer porque muchas personas los consideraban sucios, ya que comían basura. El calor desértico en las montañas y la fuerte humedad a lo largo del valle del río hacían del cerdo una opción pobre como parte diaria de la dieta egipcia. Las aves de corral y el pescado eran más comunes en la mesa egipcia, junto con el ocasional cocodrilo, hipopótamo y avestruz.

Los alimentos se endulzaban con miel y pastas de fruta de higos, dátiles y granadas. La cebada, el trigo y el arroz eran las cosechas básicas, molidos en forma de harina o utilizados como base para servir con caldos. Todo lo que se utilizaba en la casa egipcia venía de la caza, recogida o granja.

Los dulces más antiguos del mundo

Una mezcla de dátiles de tierra, miel, semillas de sésamo y almendras es el dulce más antiguo conocido del mundo. Conocido como halvah, halawi o Tiger Nut Sweets, esta misma receta se cree que es la más antigua de Egipto jamás encontrada. Muele con un mortero dos tazas de dátiles para formar una pasta y mézclalos con la cantidad suficiente de agua como para formar bolas. Añade 1/2 taza o así de semillas de sésamo tostadas, una cucharadita de cardamomo y 1/2 taza de nueces molidas. Enrolla la mezcla a mano formando bolas pequeñas del tamaño de una canica o de alrededor de una pulgada de diámetro (2,54 centímetros). Sumérgelas en miel, ruédalas por canela en polvo y por útlimo en almendras cortadas y tostadas.

Bamya

El gumbo, una sopa hecha de quingombó, tomates y pedazos de carne, existía mucho antes que los criollos en Nueva Orleans. El bamya, un plato tradicional egipcio muy similar al gumbo, se hace utilizando trozos de cordero salteado y quingombó marinado en vino. El plato se sazona con comino, cardomomo, sal, pimienta negra y menta fresca troceada, mezclado con tomates picados y salsa de tomate, hervido a fuego lento y servido sobre arroz. Para hacerlo, saltea 2,5 libras (1,13 kilogramos) de trozos de cordero en aceite de oliva hasta que estén bien dorado. Añade 1/2 taza de menta troceada, una cucharadita de comino y otra de cardomomo, sal y pimienta negra. Incorpora 1,5 libras (0,68 kilogramos) de tomates frescos y troceados y una lata de seis onzas (0,17 litros) de salsa de tomate. Calienta dos cucharadas de aceite de oliva en una sartén grande. Mezcla dos libras (0,90 kilogramos) de quingombó fresco, drenado y marinado con vino. Añade dos tazas de caldo de verdura, preferiblemente hecho con el agua utilizada para cocinar los garbanzos. Añade quingombó a tu mezcla de carne y permite que hierva a fuego lento hasta se absorba que todo el líquido restante de los tomates.

Ful Medammes and Ful Bebeid

El Ful, o habas, es un alimento básico de la dieta egipcia. Sumerge dos libras (0,90 kilogramos) de habas secas en agua salada durante toda la noche, luego cocínalas a fuego lento hasta que estén suaves. Haz puré las habas hasta formar una pasta gruesa y mézclala con dos bulbos enteros (no dientes individuales) de ajo fresco y molido, y una cucharadita de pimienta negra recién molida. Come con triángulos de pita y huevos hervidos y rebanados. Revisa el primer recurso: Seena Salkkaraam tiene fotografías de sus ful medammes servidos con khobz, un pan campesino que es un alimento básico de Oriente Medio.

Hummus

El hummus es un aderezo hecho de garbanzos y pasta de sésamo, sazonado con ajo y zumo de limón. Sumerge una libra (0,45 kilogramos) de garbanzos durante toda la noche en una caldera grande cubierta u horno holandés. Añade agua para cubrir tus garbanzos una pulgada (2,54 centímetros) y hiérvelos a fuego lento todo el día con la tapa puesta, revolviendo ocasionalmente para evitar que los garbanzos se peguen o se quemen. Drena el agua en un envase separado para utilizar el caldo en tu bamya. Muele los garbanzos a una pasta gruesa, añadiendo un bulbo de ajo triturado, un poco de zumo de limón y una pizca grande de sal. Mantenlo refrigerado en un envase pequeño con una tapa ajustada. Sírvelo con pan de pita cortado en triángulos y tostado en el horno.