Cómo tratar a un gato que ha ingerido lejía

La lejía es un limpiador doméstico común que es venenoso para los gatos. Sin embargo, raramente consumirán suficiente cantidad como para tener serios problemas internos, debido al sabor. La lejía normalmente causa vómitos, lo que también limita la cantidad de toxina absorbida por el cuerpo. Si sospechas que tu mascota ha ingerido lejía, debes seguir estos tres pasos.

Primeros auxilios

Busca señales de que ha ingerido lejía. Podría haber olor a lejía o blanqueamiento del pelo, especialmente alrededor de la boca. Algunas otras señales podrían ser vómitos, salivación excesiva, y dolor de garganta o abdominal.

Busca indicios de gases de lejía que hayan sido inhalados. Esto podría causar problemas pulmonares, como tos, dificultad para respirar y náuseas.

Coloca el vómito en un recipiente para llevárselo al veterinario y que pueda examinar los contenidos. Necesitas asegurarte de que es lejía y no otra cosa.

Llama a tu veterinario o centro de información toxicológico de animales. Puedes llamar al número de teléfono 1-888-4ANI-HELP de ASPCA (Control Toxicológico de Animales). Otra opción es llamar al 1-800-213-6680, que es la Línea de Ayuda a las Mascotas Envenenadas. Ten en cuenta que las líneas de control toxicológico podrían cobrarte por sus servicios. No lleves a cabo los próximos pasos sin la recomendación de un profesional, a menos que de ninguna manera puedas ponerte en contacto con un experto en envenenamiento de mascotas.

Dale a tu gato leche o agua. Es muy importante que sólo hagas esto si estás seguro de que es lejía lo que ha ingerido tu mascota. Anima a tu gato a beber tanto como puedas. No lo induzcas a que vomite.

Lava y enjuaga completamente su pelo si hay alguna evidencia de que ha expuesto su piel a la lejía. No permitas que tu mascota pierda temperatura corporal durante el proceso.

Cuando hayas completado los primeros auxilios, lleva a tu gato al veterinario para monitorear su respiración y tratar sus dolores.

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