Cómo hacer un removedor de pintura para muebles

Remueve pintura de tus muebles de madera con una solución casera.

Thinkstock/Comstock/Getty Images

Los decapantes o removedores comerciales pueden ser costosos sin mencionar sus vapores tóxicos. Puedes hacer tu propia solución removedora de muebles libre de vapores tóxicos y darle un uso regular como limpiador de desagüe o también llamado lejía. Sin embargo, recuerda que el hecho de que no huela mal no significa que no pueda hacerte daño. La lejía es peligrosa, posee químicos cáusticos y se debe utilizar con precaución. Por encima de todo, debes mantenerla alejada de los niños; la ingestión de lejía es casi siempre fatal.

Step 1

Mezcla un pequeño recipiente de limpiador en polvo para desagües (lejía) en un galón de agua tibia (3,7 l) en una cubeta de plástico (no de aluminio). Asegúrate de verter la lejía en el agua, y no al revés ya que salpicará y quemará tu piel.

Step 2

Cepilla la solución con un pincel de tamaño medio sobre la pintura que tratas de eliminar. La solución tiene que mantener la pintura empapada hasta que tengas la oportunidad de quebrarla. Cúbrela con papel plástico o en una bolsa de plástico. Deja reposando de 15 a 45 minutos.

Step 3

Raspa la pintura vieja con una espátula. Pon todas las raspaduras en una cubeta de plástico. No vacíes la cubeta a la basura, por ahora déjala apartada. Si es necesario cepilla más solución en los surcos y recovecos de la pieza de madera. Utiliza pequeñas herramientas como palillos de dientes o brochetas de bambú para entrar en los espacios estrechos y quitar toda la pintura vieja.

Step 4

Neutraliza el removedor de pintura. Mezcla 2 tazas de vinagre blanco con un galón de agua (3,7 l). Utiliza un pincel limpio para aplicar la solución a tu nueva pieza removida. Una vez que la pieza ha sido completamente cepillada con la solución, deja que se seque al aire libre.

Step 5

Vierte la solución restante de vinagre en la cubeta de plástico que contiene los residuos de pintura que removiste de la pieza de madera. A continuación, debes verterla en cualquier solución removedora sobrante. Esto neutralizará eficazmente la sosa cáustica de la misma. Deja la cubeta en un rincón de tu garaje hasta que todo el líquido se haya evaporado, y luego desecha los sólidos en la basura en una bolsa de plástico doble.

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