¿Qué son las consecuencias económicas?

Podría decirse que la política, la economía y la sociedad están profundamente relacionadas formando un todo, así que un cambio, una acción, o la aplicación de una política determinada, puede afectar negativa o positivamente al conjunto general.

En este sentido, la relación entre política y economía podría definirse como un proceso en el que se prevén, se gestionan y se solventan, de acuerdo sea el caso, las consecuencias económicas que repercuten en la totalidad del ámbito social.

Igualmente, las consecuencias económicas tienen dos caras, porque independiente de sus efectos, siempre benefician a unos mientras perjudican a otros.

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Las consecuencias económicas son omnipresentes, por tanto nuestras vidas siempre se verán condicionadas por ellas, independientemente de nuestro grado de participación en las políticas o en la economía de nuestro ámbito social determinado.

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Consecuencias económicas de la política

Los políticos juegan un papel importante tanto en la creación como en la mitigación de las consecuencias económicas, ya que, por lo general, los políticos ofrecen soluciones para premiar a las empresas económicamente por ciertas acciones.

Un ejemplo de esto es el crédito fiscal a la producción, el cual es una política federal creada para fomentar proyectos de energías alternativas, como la energía eólica, ofrece a las empresas un incentivo a través de créditos fiscales para el desarrollo de formas más sostenibles de uso de energía.

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En este sentido, los políticos también desarrollan e implementan leyes con el fin de mitigar y solventar los efectos de una mala situación económico-financiera, como sucedió en Estados Unidos con el rescate financiero a la industria automotriz de 2010.

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Consecuencias económicas en el ámbito petrolero

De acuerdo a la Federación de Científicos Estadounidenses, la energía -y predominantemente la energía del petróleo-, representa aproximadamente el 15% del producto interno bruto de los Estados Unidos.

Debido al tamaño de la economía del país y su dependencia del petróleo, si el precio de éste se eleva súbitamente, o incluso si aumenta de forma constante durante un largo período de tiempo, se pueden producir ciertas consecuencias económicas en el conjunto de la sociedad.

Los aumentos en los precios del petróleo pueden afectar negativamente a industrias como el transporte, así como a los consumidores finales. ¿Por qué? Porque un petróleo más caro se traduce en una elevación del precio de la gasolina.

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Y, una gasolina más cara, significa que: 1. El consumidor debe pagar más para transportarse de un sitio a otro; 2. Empresas como los supermercados deben pagar más para que los productos sean transportados, lo que eleva su precio final.

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Consecuencias económicas a nivel individual

A nivel individual, también existen consecuencias económicas que pueden afectar negativa o positivamente a las personas, dependiendo de cómo éstas manejan sus finanzas personales.

Por ejemplo, si sobregiras tu cuenta, la mayoría de las instituciones bancarias te impondrá un cargo por hacer una compra que exceda el saldo de su cuenta. Y, si el saldo negativo no se paga en su totalidad, la misma institución puede tomar acciones legales que en última instancia crean una consecuencia económica aún más grave.

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En este sentido, también es de esperar una serie de malas consecuencias económicas si una persona maneja pobremente sus finanzas. Una persona que no sepa cómo manejar su economía personal puede verse afectado por: 1. Deudas; 2. No tener dinero para su jubilación; 3. Gastar más de lo que produce; 4. No contar con dinero en casos de emergencia; 5. No contar con dinero para invertir en ámbitos como la educación.

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Consecuencias económicas globales: El Brexit

El Brexit es uno de los mejores ejemplos en años recientes de cómo la política puede tener efectos negativos en la economía.

La decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea ha tenido consecuencias económicas negativas en el Reino Unido. Por ejemplo, la economía británica se desaceleró en 2018, reduciendo la tasa de crecimiento a 1.8%. El Ministro de Finanzas, Philip Hammond, reportó que la economía continuaría desacelerándose en un 1.9% en 2019 y 1.6% en 2020.

En este orden de ideas, la libra esterlina vale 14% menos de lo que valía antes del referéndum. Una libra más barata significa que los productos británicos son más atractivos para las exportaciones, pero aumenta el precio de las importaciones. No obstante, se prevé que la libra se recupere en el caso de que un acuerdo sea alcanzado.

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Las consecuencias económicas del Brexit también se han hecho sentir en Estados Unidos y la Unión Europea. En el caso de la Unión, las consecuencias han sido más que todo de carácter político. Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional, ha afirmado que sin la presencia de Reino Unido en la Unión, el desarrollo y aplicación de leyes comunitarias será más fácil.

En Estados Unidos, por el contrario, las consecuencias han sido económicas. El día después de la votación del Brexit, el Dow cayó 610.32 puntos. Los mercados de divisas también estaban en crisis. El euro cayó 2% a US$1,11, aumentando así el valor del dólar.

Esa fortaleza no es buena para los mercados de valores de Estados Unidos, puesto que las acciones estadounidenses se vuelven más caras para los inversores extranjeros. Como resultado, los precios del oro subieron un 6%, de US$1.255 a 1.330.

Una libra débil también hace que las exportaciones estadounidenses al Reino Unido sean más caras, afectando así a los sectores agrícolas y manufactureros de los Estados Unidos.

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