¿Son los humidificadores o vaporizadores buenos para los bebés?

Un humidificador de vapor frío es una mejor opción que uno de vapor caliente para el tratamiento de las enfermedades respiratorias.

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Cuando tu bebé tiene la nariz tapada, la primera sugerencia de tu madre podría ser la colocación de un vaporizador de vapor caliente. Durante los meses de invierno, tu médico puede sugerir el uso de un humidificador de vapor frío para evitar que las secreciones nasales se pierdan y para evitar que un niño desarrolle una picazón en la piel seca. Ambos tipos de humectadores de aire tienen sus ventajas e inconvenientes, pero los vaporizadores tienen más riesgos.

Los pros y los contras de los vaporizadores

Es posible que recuerdes estar sentado en una habitación llena de vapor caliente como un niño, ya sea en el baño o en tu propia habitación. Puede ser que incluso recuerdes que tenías una toalla sobre la cabeza para que inhalaras más vapor caliente. El vapor caliente es muy eficaz para aflojar las secreciones de las vías respiratorias, pero tiene un gran inconveniente. El vapor y el agua de la máquina que se utiliza para producir el vapor están calientes. Si tu hijo se acerca demasiado al vapor o se derrama el agua encima, podría sufrir una quemadura. Por esta razón, el Dr. Jay Hoecker de la Clínica Mayo recomienda el uso de un humidificador de vapor frío en vez de un sistema vaporizador. La ejecución de un vaporizador de vapor caliente también cuesta más.

Los pros y los contras de un humidificador

Los humidificadores mantienen la humedad del aire utilizando aire frío, lo cual ayuda a tu hijo a respirar fácilmente el vapor cuando él tiene una enfermedad respiratoria, como un resfriado, bronquitis o neumonía. Todo el vapor de agua puede parecer más reconfortante, pero cuando éste llega a la parte inferior de los pulmones, está a la misma temperatura, independientemente de si se trataba de un vaporizador o humidificador, según The Children's Hospital of Philadelphia. Los humidificadores también mantienen el aire húmedo en el invierno, cuando la calefacción central reduce la cantidad de humedad en el aire. Los humidificadores de vapor frío también tienen un gran inconveniente; son una fuente importante para el crecimiento de bacterias y del moho si no se mantienen escrupulosamente limpios.

La reducción del moho y del crecimiento bacteriano

En lugar de ayudar a los síntomas respiratorios de un niño, el moho o la contaminación bacteriana puede causar una enfermedad más grave en tu hijo si sufre de asma u otra enfermedad pulmonar crónica. Para evitar el moho y el crecimiento de bacterias en el interior de un humidificador de vapor frío, sumerge todas las partes que entran en contacto con agua en una solución de lejía al 10 por ciento cada dos o tres días, recomienda The Children's Hospital of Philadelphia. Cambia el agua diariamente también.

Uso seguro

Coloca un humidificador en un área donde tu hijo no se tropiece con el cable o derrame el agua. Derramar agua cerca de los aparatos eléctricos o de las tomas eléctricas podría causar una descarga eléctrica. Desenchufa la unidad cuando no esté en uso. Evita las unidades fabricadas en forma de juguetes, ya que los niños pueden ser más propensos a tratar de jugar con ellas. La American Academy of Pediatrics aconseja el uso de humidificadores sólo cuando sea necesario, para evitar la exposición al moho o a la contaminación bacteriana.

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