Busca una caja resistente. Debería ser lo suficientemente pesada como para retener a un conejo. Una caja de madera o metal es ideal para fabricar una trampa para estos animales.

Busca un palo que sea grueso y no tenga puntos débiles. Debería ser aproximadamente de 6 a 8 pulgadas de longitud. Si hubiese algunas ramas en el palo, quítalas con un cuchillo.

Prepara un pedazo de cuerda o cable de unas 18 pulgadas de largo. Átalo al palo. El punto de unión debería estar a unas dos pulgadas del extremo inferior del palo.

Ata en el otro extremo del palo un trozo de comida. Debe ser un alimento que coman los conejos, tal como una zanahoria o un trozo de apio.

Coloca la trampa en un área en la que haya muchas huellas de conejos. Busca una superficie plana y quita cualquier roca o desperdicio que puedan estorbar.

Sostén la caja con el palo y coloca el trozo de alimento debajo de ella. Asegúrate de que la cuerda o cable no quede flojo.

Prueba la trampa moviendo el trozo de comida con un palo largo. Cuando intentes mover la carnada, la cuerda o el cable debería tirar el palo y provocar que la caja se caiga de forma plana al suelo y atrape al conejo.