Cómo trasplantar menta

La menta es bastante fácil de cultivar tanto en jardines como en macetas.

Thomas Northcut/Digital Vision/Getty Images

La menta es una de las hierbas más cultivadas en jardines domésticos con fines culinarios. Existen unas 40 variedades de menta, una hierba perenne que se caracteriza por su tallo cuadrado y su fresco pero penetrante aroma. Se trata de una planta prolífica que no es muy difícil de cultivar. De hecho, hasta puede volverse invasiva y apoderarse rápidamente del cantero donde se encuentra. No obstante, si realizas un cuidadoso trasplante, esto no será un inconveniente.

Step 1

Trasplanta la menta a comienzos de la primavera, cuando las nuevas hojas comiencen a brotar, o a finales del otoño, cuando la mayor parte del follaje se ha secado. Poda la planta a unas pocas pulgadas (o centímetros) por encima del suelo. Cosecha las hojas que aún permanecen en la planta y sécalas o congélalas para su posterior uso.

Step 2

Elige una buena ubicación. Determina si cultivarás la planta en una maceta o en la tierra. La menta puede crecer a pleno sol, pero prospera con sombra parcial. Elige un lugar cercano a la cocina si la usarás en tus comidas.

Step 3

Prepara la nueva ubicación. Si la plantarás en una maceta, el recipiente debe ser más grande que el original. Debes tener en cuenta que la planta vivirá algunos años en esta maceta a la hora de elegir el tamaño. Llena la maceta con tierra de buena calidad, preferentemente una que contenga aditivos para el control de la humedad.

Step 4

Prepara la ubicación de una manera diferente si decides cultivarla directamente en el suelo. Opta por una maceta grande de cerámica o terracota y rompe la parte inferior del recipiente. Cava un hoyo lo suficientemente grande como para meter en recipiente en el suelo. Llena el recipiente con una combinación de tierra y compost. Procura que la menta tenga su propio cantero lejos de otras plantas si deseas cultivarla en el suelo sin colocar barreras de control.

Step 5

Desentierra la menta a la mañana temprano y llévala a su nuevo lugar. Plántala y riégala bien. Riégala a diario durante lo primeros días hasta que la planta se establezca. Luego, la planta no necesitará riego frecuente ni cuidados excesivos. La menta pronto se adueñará de su nuevo lugar.

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