Los tres temperamentos infantiles básicos dentro del desarrollo humano

El temperamento define la forma que tiene el niño de abordar el mundo que lo rodea.

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Los niños pequeños poseen personalidades diferentes de forma innata y presentan, ya desde el nacimiento, una forma dominante de actuar y reaccionar. El trato recibido por parte de sus padres y de otras personas también ayudará a conformar su comportamiento y desarrollo. Comprender el temperamento innato de tu hijo te servirá para verlo desde una perspectiva diferente. Si llegas a conocerlo bien, podrás dirigir a tu hijo para que se comporte de una manera acorde con su temperamento, en lugar de intentar cambiarlo.

El niño fácil

Alexander Thomas y Stella Chess, doctores en medicina ambos, estudiaron los temperamentos de los niños centrándose en la forma en que las cualidades temperamentales influían en su adaptación a lo largo de la vida. Identificaron tres temperamentos básicos: fácil, difícil y de adaptación lenta. Alrededor de un 65 por ciento de los niños pertenece a estas tres categorías. Según Adam Berger, aproximadamente un 40 por ciento de los pequeños puede ser clasificado dentro del grupo de los fáciles, que son los niños que se adaptan rápidamente a los cambios y presentan un patrón regular de comida y sueño.

El niño difícil

La irregularidad en las pautas de comida y sueño es una característica de los niños difíciles. Suelen presentar una forma negativa de abordar las nuevas situaciones. Tienden a tener rabietas cuando se sienten frustrados y necesitan tiempo para adaptarse a los cambios que se le presenten, ya sea probar un nuevo alimento o conocer a una persona. Es probable que muestren signos de agresividad cuando son sometidos a nuevas situaciones. Alrededor del 10 por ciento de los niños pertenece a esta categoría.

El niño de adaptación lenta

Hay niños que en un primer momento muestran cierta resistencia ante las nuevas situaciones, pero luego las van aceptando poco a poco. De cualquier forma, su reacción inicial contra el cambio siempre es más suave que la de un niño considerado difícil. El niño de adaptación lenta sigue unas pautas de comida y sueño bastantes regulares. Se considera que alrededor de un 15 por ciento de los niños pertenecen a este grupo.

Crecimiento

El temperamento seguirá ejerciendo su influencia sobre el comportamiento y sobre la adaptabilidad a las nuevas situaciones a lo largo de toda la vida. No obstante, el entorno del niño puede afectar a su comportamiento y cambiarlo. Colocar a un niño difícil en un ambiente favorable, donde se espere de él que responda de un modo sereno y coherente, reducirá la probabilidad de que el pequeño desarrolle un comportamiento problemático y conflictivo.

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