Step 1

Compra berenjenas que tengan una piel tersa, evita las abolladuras y las marcas. Te será más fácil pelarlas.

Step 2

Compra un buen pelador de patatas. Pelar una berenjena se parece un poco a afeitar un rostro. Toma un pelador con un buen mango, una hoja de acero inoxidable con sierra y, si puedes conseguir una, la hoja de una sierra de mano para facilitar pelar los contornos.

Step 3

Corta el tallo de la parte superior de la berenjena. Sosténla firmemente con una mano y el pelador con la otra. De arriba hacia abajo, usa el pelador para quitar la cascara de la berenjena. Comienza nuevamente por arriba, pasando a la otra sección de la cáscara y pela hacia abajo. Gira un poco la berenjena y repite hasta que esté completamente pelada.

Step 4

Si quieres, deja algo de cáscara en la berenjena: es comestible, aunque algo dura, pero es tradicional en algunos países como Turquía. En lugar de deshacerte de toda la cáscara, deja rayas sin pelar y rayas peladas en la berenjena. Esto le dará una linda apariencia cuando la cortes.

Step 1

Déjale la piel a la berenjena si planeas asarla, carbonizarla, tostarla u hornearla. La cáscara puede servir de protector natural para la carne interior, evitando que ésta se queme. La pulpa se suavizará y cocinará dentro de la cáscara y tendrá un rico sabor ahumado cuando se la retire del fuego.

Step 2

Horada la piel de toda la berenjena varias veces antes de introducirla a la fuente de calor. Esto permitirá que se vaya el exceso de jugos para que no se acumule presión y la berenjena explote.

Step 3

Pela la cáscara con tus dedos, una vez cocida, o con un cuchillo, y deséchala. Simplemente tómala y tira de ella, como si quitaras una banda adhesiva. Saldrá en seguida sin ningún esfuerzo.