Las ventajas y desventajas de los experimentos de campo en sociología

Los ambientes "naturales" (como en público) son algunos donde pueden llevarse a cabo experimentos de campo.

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En su libro, "After Virtue (después de la virtud)" el filósofo Alasdair MacIntyre dijo que las ciencias sociales han carecido consistentemente de poder de predicción, ya que son incapaces de articular generalizaciones de la misma manera que las ciencias físicas lo hacen. La capacidad de los humanos para inventar, decidir y reaccionar reflexivamente, así como la casualidad, hace de cualquier experimento de campo en la sociología una propuesta arriesgada.

Experimentos de campo

Un experimento de campo sociológico es cualquiera que se lleva a cabo más allá del laboratorio, es decir, el experimento se lleva a cabo en un "entorno natural", mediante la observación de un entorno sin preparación, o en un entorno artificial donde las variables no pueden ser controladas, lo que corresponde a la mayor desventaja de este tipo de experimentos desde el punto de vista científico. En los experimentos de laboratorio, el control de las variables permite establecer relaciones de causa y efecto.

Ventajas

Una ventaja de los experimentos de campo es que los sujetos, presumiblemente, no están tan marcados por las observaciones de los experimentadores, especialmente si no saben que se lleva a cabo un experimento. Enviar actores blancos y negros a una situación social similar es un ejemplo de personas que no son conscientes de que se está llevando a cabo un experimento. Si hubieran sido conscientes, es poco probable que hubieran actuado de forma natural; en este caso, comportándose de manera diferente al interactuar con los actores blancos y negros que tenían los mismos atributos.

Problemas éticos

Los experimentos de campo sociológicos presentan a los investigadores problemas éticos significativos. Debido a que los experimentos de campo pueden carecer de un fuerte elemento de control, hay un mayor riesgo de acciones imprevistas que pueden afectar negativamente a los sujetos y participantes. En el caso del experimento de la prisión de Stanford, se estableció una prisión simulada para estudiar las interacciones entre los estudiantes que se habían ofrecido a desempeñar las funciones de los prisioneros y guardias. En pocos días, los "guardias" se habían vuelto inesperadamente tan abusivos, que había un grave riesgo de lesión o muerte de los prisioneros, y el experimento fue cancelado. Mucho se ha inferido sobre el poder de los roles de poder sobre el comportamiento a partir de este experimento, pero hay serias cuestiones éticas acerca de si los investigadores tienen derecho a crear este tipo de riesgo para los sujetos.

Probar y refutar creencias populares

Algunas personas podrían estar de acuerdo o en desacuerdo con la afirmación: "La mayoría de la gente es honesta". Ciertos experimentos de campo que se pueden hacer de manera sencilla y con bajo riesgo pueden ser utilizados para probar o refutar la creencia popular acerca de los comportamientos sociales. Un buen ejemplo es el experimento "té honesto". Una compañía de té estableció puestos tripulados en siete ciudades con botellas de té para la venta a un dólar cada una. Los clientes fueron instruidos para poner un dólar en la caja de dinero por una botella de té. Las cámaras ocultas registran que entre el 75 por ciento (en Los Angeles) y el 93 por ciento (en Boston) fueron honestos y pagaron. Obviamente, pudo haber variables en cada ciudad que afectaron las diferencias, por lo que no hay ninguna conclusión acerca de las ciudades que sean válidas, pero una conclusión general podría ser que la mayoría de personas en esta situación son honestas.

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