Cómo saber si una planta de tomate fue regada de más

Los tomates requieren menos agua que la mayoría de los vegetales.

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Las plantas de tomate requieren un riego minucioso y regular, especialmente cuando comienzan a florecer y a dar fruto. Aunque la falta de riego puede secar la planta de tomate y evitar que de fruto, regarla en exceso causará problemas similares o peores. El riego en exceso es un problema común para las plantas de tomate, las cuales necesitan menos agua que muchos otros vegetales. Los síntomas de riego excesivo pueden desarrollarse si un jardinero usa más agua de la necesaria, si los tomates están plantados en tierra con mal drenaje o si los tomates están expuestos a importantes precipitaciones.

Step 1

Inspecciona las hojas para ver si hay signos de mala salud. Cuando un tomate está regado en exceso, las hojas se marchitarán, se pondrán marrones y/o enroscarán en los bordes. Las hojas también pueden ponerse completamente marrones o amarillas y caerse prematuramente. Estos síntomas pueden indicar riego excesivo, falta de riego o una enfermedad de la planta.

Step 2

Levanta una pequeña cantidad de tierra de la base de la planta de tomate y apriétala con tu mano. Si se junta y las plantas han sido regadas ese día, entonces la tierra está reteniendo más agua de lo que la planta necesita. Esta es una señal de riego excesivo. Espera a que drene el agua de la tierra antes de agregar más. Si la tierra se seca, entonces los problemas de la planta pueden estar relacionados a falta de riego, a una enfermedad o a una infección de insectos.

Step 3

Inspecciona las raíces. Las raíces sanas deberían tener un color pálido. Las raíces oscuras y decoloradas indican raíces podridas, lo cual es causado por un riego excesivo.

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